Opinión

El diario de Amilibia: ¿Será que Él imita a Donald Trump?

Dice el profesor Pablo de Lora: «El ciudadano medio prefiere que le mientan y que le digan lo que quiere oír»

Republican presidential candidate former president Donald Trump speaks at the Republican Party of Iowa's 2023 Lincoln Dinner in Des Moines, Iowa, July 28, 2023.
Republican presidential candidate former president Donald Trump speaks at the Republican Party of Iowa's 2023 Lincoln Dinner in Des Moines, Iowa, July 28, 2023.Charlie NeibergallAP

Leo: «Trump tacha su juicio por fraude de caza de brujas. Los 91 cargos que pesan en su contra han disparado su popularidad». Y Donald, jocoso, ha gritado a sus fans: «Cuatro imputaciones más y ya estoy en la Casa Blanca». Es lo que hay en el circo mundial. Aquí, dicen que Él parece inspirarse en Trump. Y que tacharlo de mentiroso enumerando sus engaños, mostrando a las claras sus trampas e incoherencias, no hace sino acrecentar el fervor de sus devotos y socios en general. Dicen las encuestas que pese al pim, pam, pum de las cloacas mediáticas, o gracias a él, el muñeco apolíneo gana votos. La mierda que le lanzan los columnistas abona el huerto al que nos quiere llevar a todos.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez participa este sábado en un acto del PSOE celebrado en Granada.
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez participa este sábado en un acto del PSOE celebrado en Granada. Pepe TorresAgencia EFE

​La sociedad infantilizada prefiere el truco del ilusionista a la realidad. Eso es el populismo. Dice el profesor Pablo de Lora: «El ciudadano medio prefiere que le mientan y que le digan lo que quiere oír». El sanchismo es muy hábil, pasen y vean: primero crea la confusión, luego el caos y al final ya nadie distingue la verdad de la mentira, y muchos menos la mentira de los cambios de opinión. «Yo no miento, cambio de opinión» es el aleph de su metafísica y su metaverso, el mantra en la mesilla de noche. Neurocientíficos de las universidades de Washington y Harvard descubrieron que el comportamiento no ético produce emociones positivas: los embustes provocan un subidón en el mentiroso, pues engañar libera dopamina, la hormona del placer.

Él lo descubrió mucho antes. Parodiando a Trump, podría venirse arriba y confesarle a Begoña en una noche loca: «Cuatro mentiras muy gordas más y nos quedamos en la Moncloa hasta 2030, por lo menos». Pura dopamina.