
Redes Sociales
Irene Montero: “Cocinar es el sueño de todo machirulo íncel y machos cabreados”
La eurodiputada de Podemos se vino arriba mientras cocinaba unas alubias con setas que aliñó con algunas de sus perlas incendiarias

Irene Montero, estratega del impacto fácil, se plantó hace unos días el delantal en el programa Héctor de comer y se vino arriba mientras cocinaba unas alubias con setas que aliñó con algunas perlas incendiarias.
"Toda la vida el pimiento se ha usado para hacer la hoz y el martillo, como colofón a la ensaladilla rusa", bromeó cuando Héctor de Miguel le recordó que a ella le gustaba dibujar el logo del PSOE con el pimiento. Según iba dando vueltas al puchero, atizaba con el cucharón al hombre, ese espécimen patrio que opina de todo y convierte los fogones en un ceremonial nacional. "Cocinar es el sueño de todo machirulo íncel, de machos cabreados".
Forma parte de su estética política y las redes sociales se convierten en su mejor escaparate. Lo del macho ibérico agresivo es puro delirio para ella. Los ve por todas partes: Vito Quiles, Amadeo Lladós, Donald Trump, Santiago Abascal. "Todos estos machos agresivos están soñando con un mundo que ya no va a volver, performan ese mundo, pero es imposible", declaró en otro vídeo. "Chicos fuertes que defienden España de los rojos y de las feministas, pero luego la lavadora en casa la pone su madre".
Caricatura
Su postura extrema le impide ver más allá en las relaciones sociales y sentimental. Con su vehemencia, simplificaciones en redes y discursos creados solo para ser viralizados, ha conseguido crear una sensación caricaturesca. Su discurso cargado de rabia y poniendo a toda la población masculina a los pies de los caballos hace que suene al revés.

Arroja sobre los hombres sus obcecaciones personales y prejuicios ampliamente superados, salvo excepciones, en la sociedad. Desde esta herramienta retórica e hiperbólica, su alegato deriva en misandria. Es decir, odio y desprecio hacia los hombres por el simple hecho de serlo. Cada vez más mujeres expresan que no representa al feminismo porque se olvida de lo esencial. Las redes premian lo ruidoso, lo extremo, lo que polariza, pero eso no es lo que se espera de una eurodiputada.
De su paso por el Ministerio de Igualdad quedará la ley del "Sólo sí es sí", una humillación a la democracia y una burla a las víctimas que implicó la excarcelación de varios agresores sexuales y violadores y la revisión a la baja de muchas condenas.
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