Perfiles

Louis, el hijo de Sarkozy que se presenta a las elecciones y hace una entrevista sin camiseta

El benjamín del expresidente irrumpe en la política francesa desde la costa de Menton con el peso de un apellido que no deja indiferente

Louis Sarkozy, el hijo pequeño de Nicolas Sarkozy
Louis Sarkozy, el hijo pequeño de Nicolas Sarkozy Redes

Dicen que de tal palo, tal astilla. Y aunque son muchas las diferencias entre Nicolas Sarkozy y Louis, su benjamín -fruto de su matrimonio con Cécilia Attias-, el paso del tiempo parece empeñado en convertir al joven en digno heredero de la estirpe política. Apenas contaba con diez años cuando presenció el ascenso de su padre al palacio del Elíseo, una escena que marcaría su infancia, aunque su adolescencia transcurrió lejos de los focos parisinos, al otro lado del Atlántico.

Tras el divorcio de sus padres, Louis se instaló con Cécilia en Nueva York, donde forjó su identidad entre los rascacielos y el cosmopolitismo de la Gran Manzana. Allí inició un recorrido académico poco común para un hijo de presidente: primero, la estricta disciplina de la Valley Forge Military Academy, en Filadelfia; después, la excelencia intelectual de la Universidad de Nueva York, donde se licenció en Historia y Filosofía; y, finalmente, un máster en Diplomacia y Relaciones Internacionales en la American University de Washington D.C. Una trayectoria que combina rigor castrense, vocación humanista y vocación política, ingredientes que hoy se reflejan en su manera de estar en el mundo.

Louis, cuando era niño, con su madre en Estados Unidos
Louis, cuando era niño, con su madre en Estados UnidosGtres

Ya de vuelta en Francia, Louis ha elegido asentarse en Menton, una ciudad costera de poco más de 30.000 habitantes, junto a la frontera con Italia. Allí comparte vida con su esposa, Natalia Husic, embarazada de su primer hijo, y desde esa aparente calma mediterránea ha sorprendido con un anuncio que confirma los rumores: seguirá los pasos de su padre y se presentará a las elecciones municipales.

Su programa aún no se detalla con claridad, pero su discurso apunta, sin ambages, hacia la derecha. Admirador declarado de la capacidad de Donald Trump para movilizar masas, Louis no oculta su simpatía por ciertas ideas importadas de su etapa estadounidense, desde su afición a las armas hasta un estilo político directo, casi provocador.

En una de sus primeras entrevistas tras confirmar su candidatura, concedida a “Paris Match”, decidió atender a los periodistas en bañador, sobre la arena, sin más adorno que sus tatuajes y un físico esculpido a base de gimnasio. Una puesta en escena calculada o espontánea, pero que recuerda a ese toque iconoclasta que Nicolas Sarkozy desplegaba en sus mejores años.

Su mensaje, no obstante, pretende ir más allá de la estética: habla de “renovación”, de “una lista fuerte” y de “escribir una nueva página en la historia de Menton”. Palabras mayores para un joven que no llega a los 30 años y que carga con un apellido de peso, pero que parece decidido a cambiar el mundo. Una nueva generación Sarkozy llama a la puerta de la política francesa. El desenlace, como siempre en esta familia, promete no pasar desapercibido.