Lucha de estilos: Yolanda Díaz vs María Jesús Montero, más allá de los Presupuestos

El mundo se encuentra repleto de conflictos, desde el que enfrenta a la UE con Trump, empeñado en culparnos de todas sus desgracias, al de Rusia contra Ucrania, decidida la primera a aniquilar a la segunda. Nuestro país no es ajeno a este belicismo y una de las guerras más encendidas es la que estas semanas enfrenta a dos de las vicepresidentas del gobierno. Porque, pese a los gestos de cariño que a veces se profesan, nadie niega que entre el Ministerio de Hacienda y el de Trabajo se vive una batalla soterrada que se va a ir de control.

El enfrentamiento llega a tal nivel que, incluso, se puede observar en los armarios de las dos mujeres que lideran este conflicto. Tanto María Jesús Montero, titular de Hacienda, como Yolanda Díaz, al frente de la cartera de Trabajo, han desarrollado una guerra fría estilística que en cualquier momento puede hacer estallar una contienda. Porque lo único que parece que tienen claro es que no se ponen de acuerdo ni a la hora de vestir. Y en esto, como parece que en todo lo demás, da la sensación de que Yolanda Díaz tiene las de ganar.

Montero, la esperanza de Andalucía para las filas socialistas, vive la moda de una manera muy diferente a la de su compañera de bancada. Para ella su armario es como una feria y pese a que el partido socialista de su tierra se quedara sin caseta en la de Abril, a ella la alegría le corre por las venas, aunque a veces se convierta en escándalo. Su abuso de estampados contrasta mucho con el estilo mucho más depurado de la gallega.

El gran diseñador Elio Berhanyer tenía una máxima: nunca mezclar más de tres colores: Montero parece no haber leído nunca ni una frase del genio cordobés. Lo suyo son mezclas imposibles que saturan la pantalla: amarillo, azul y rosa, kimono rojo corto con vestido rosa largo, o, el último «hit» de esta semana, camisa estampada con dibujo lisérgico que hacía difícil prestar atención a sus palabras (quizás ese era su propósito).

Díaz es todo lo contrario… como con el SMI. Es monocolor, sobriedad y cierto romanticismo. Si Montero apuesta por motivos chinescos en los Goya, ella se planta un vestido de Adolfo Domínguez estructurado y sexy. Si la cosa se pone fea, se viste de rojo con silueta peplum o de colegiala con minifalda tableada y pajarita suelta, y si busca ir «cool», un esmoquin. Aunque a veces la moda (como su partido) se le escapa de control y parece el payaso triste de Micolor, como con su traje con lazada XXL con el que una republicana parecía querer imitar a la reina Letizia. Sentadas juntas en el Congreso, la comparación es todavía más hiriente, de ahí que solo le podamos advertir una cosa a la andaluza: cuidado con los abrazos de Díaz, el maquillaje mancha.

María Jesús Montero: di sí al rizo

Durante muchos años lució el pelo largo, pero en su etapa de ministra ha optado por la media melena algo desaliñada con la que pretende darle un aire desenfadado a su look. A veces, eso sí, la responde Hacienda se decanta por un sencillo recogido que, todo hay que decirlo, le sienta bastante bien.

Díaz, la reina de la peluquería política

Durante su etapa en la política gallega nunca destacó por su estilismo ni su corte de pelo, pero fue pisar la Moncloa y la cosa cambió. Ahora nos sorprende con un sinfín de peinados y maneras de recogerse el pelo, aunque siempre es fiel a sus ondas, a las que nunca renuncia (por el momento).