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La Mareta: la lujosa residencia de verano de Pedro Sánchez

Así es este palacio en la cosa de Lanzarote, un regalo de Hussein I a don Juan Carlos I que el monarca donó a Patrimonio Nacional y ahora va a disfrutar el presidente del Gobierno

Pedro Sánchez
Pedro SánchezGTRES

Ni el mismísimo presidente de los Estados Unidos de América tiene a su disposición la cantidad de palacios y residencias que tiene a su alcance Pedro Sánchez. El primer ministro español goza del privilegio de no solo residir en La Moncloa, sino también de poder distribuir su tiempo en otros espacios esparcidos por el territorio español. De hecho, Sánchez es uno de los que más provecho ha sacado de esta prebenda, que también ha sido utilizada por José Mª Aznar o José Luis Rodríguez Zapatero.

La alta representación de nuestro país puede hace uso de las instalaciones de Patrimonio Nacional, como hace el rey con la Zarzuela, el Palacio Real o el palacio de la Almudaina para sus recepciones durante su estancia en Palma de Mallorca. Sánchez, por su parte, ha aprovechado en sus años de mandato los palacetes de Las Marismillas, en el parque nacional de Doñana, y el de Quintos de Mora, en Toledo, que pertenecen al Patrimonio del Estado. Pero tampoco se resiste a "vivir como un rey", disfrutando de otros lugares como la residencia de La Mareta, que se va a convertir en su hogar durante los próximos días.

Este lugar en Costa Teguise, en la isla de Lanzarote, cuenta con una particular historia, vinculada sobre todo a don Juan Carlos I. Fue a él a quien se la regaló Hussein I de Jordania en 1989, después de haberse construido este paraíso en la tierra del que nunca disfrutó. El rey español, por su parte, decidió cederla a Patrimonio Nacional, convirtiéndola por tanto en patrimonio de todos los españoles. La Mareta pasaba entonces a formar parte de la larga lista de palacios de esta institución, donde encontramos otros como el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso y el de Riofrío, en Segovia; el Palacio Real de Aranjuez y el del Pardo, en la Comunidad de Madrid, o el Cuarto Alto de los Reales Alcázares de Sevilla. Eso sí, su uso está reservado al Rey, al presidente del Gobierno a sus ilustres invitados.

Lo que primero llama la atención de esta construcción es su particular distribución. El proyecto es del prestigioso arquitecto español Fernando Higueras, autor de otros edificios simbólicos como la famosa ‘corona de espinas ’de Madrid, que no es sino la sede del Instituto del Patrimonio Cultural de España. Para La Mareta, Higueras colaboró con el artista César Manrique para crear un oasis compuesto por 10 bungalós. En ellos, la intervención humana se fusiona con la orografía del terreno, creando un paisaje único que aporta serenidad. Sigue las líneas de otras intervenciones arquitectónicas de Manrique en la isla, como los Jameos del Agua o la propia residencia del autor.

Vista de la residencia real de La Mareta, en Costa Teguise (Lanzarote. EFE/Adriel Perdomo
Vista de la residencia real de La Mareta, en Costa Teguise (Lanzarote. EFE/Adriel PerdomoAdriel PerdomoAgencia EFE

En uno de los dos dormitorios del edificio principal se puede alojar el presidente. Desde las ventanas de su habitación y de su terraza, de hecho, disfrutará de unas increíbles vistas sobre el Atlántico, además de poder disfrutar de unos impresionantes atardeceres. A la paz de esta paisaje se le suma la belleza del espacio, que combina el blanco de sus paredes y caminos con el negro de la piedra volcánica. Tras un periodo de tensión como el que ha sufrido Sánchez en los últimos meses, con dos elecciones perdidas, este palacio se adivina como el lugar perfecto para encontrar la desconexión que necesita para comenzar a negociar el nuevo gobierno que espera poder presidir para no tener que hacer mudanza de La Moncloa (y poder continuar veraneando en lugares tan idílicos como este).

Pero todavía hay más. Los huéspedes cuentan con una biblioteca, un comedor, dos piscinas, una cancha de tenis y otra de baloncesto, y un lago interior, además de acceso directo a la playa, lo que convierte este complejo en uno de los más completos y modernos con los que cuenta Patrimonio Nacional. Mantener este espacio actualizado conlleva un presupuesto que se ha llegado a valorar en unos 150.000 euros desde 2021. Esto incluye no solo el mantenimiento, sino también las actualizaciones o compras que hay que hacer para que esté en perfectas condiciones. Además, hay que tener en cuenta que esta residencia se encuentra aislada del resto de construcciones de la zona, con un único acceso por carretera (aunque cuenta con helipuerto) por la Avenida del Salinero, y con prados sin ningún tipo de edificación a su lado, consiguiendo convertir a este espacio en una “fortaleza” inexpugnable, lo que redunda en el aislamiento y la protección de sus ilustres invitados.

Es así como La Mareta puede ejercer de residencia no solo del Rey y del presidente del Gobierno. Como comentábamos unas líneas más arriba, también ha recibido distintas visitas. Los primeros en recalar allí fueron Helmut Kohl y Mijaíl Gorbachov, ambos en 1992. El canciller alemán, Gerard Schröder, y el presidente checo, Václav Havel, también han descansado allí. Todos pudieron disfrutar de este oasis y pasear por los caminos blancos que unen los distintos pabellones, y contemplar las palmeras que protagonizan la vegetación con la que cuenta.

La familia real, por su parte, tiene una relación "especial" con La Mareta. Allí se refugiaron en 1993 tras el fallecimiento de don Juan, el conde de Barcelona. Siete años después, allí murió doña María de las Mercedes, el 2 de enero, durante las vacaciones que la familia se estaba tomando en la isla canaria. Es quizás por esto por lo que no hemos visto a los reyes usar tanto como se podría pensar esta residencia en Lanzarote, cosa que no ha hecho Pedro Sánch