
Corazones rotos
Mario Conde rompe con Adriana Torres: de nuevo, el soltero silver más codiciado
La separación se produce después de cuatro años de relación. Repasamos su vida sentimental

Elegante, impecable, repeinado, con buena planta e icono del éxito para la llamada generación X (aunque pese a sus archienemigos). En asuntos del corazón, sin embargo, Mario Conde no acaba de encontrar traje a la medida. Ha roto con su última pareja sentimental, la artista sevillana Adriana Torres Silva, después de cuatro años de relación.

Ay, el amor. Ese poderoso misterio que inspira a poetas y artistas y permite los mayores desvaríos humanos. Dicen que bastan cuatro minutos de intensas miradas y 90 minutos de conversación profunda para que aflore. El cerebro se toma una cantidad de tiempo ridículamente baja para enamorarse y es muy probable que el dotadísimo sistema límbico de Conde necesite aún menos tiempo. Lo de amar profundamente, si dejamos que hable la ciencia, es algo que habría que dejar en solfa. En cualquier caso, solo él sabrá definir y cuantificar cada uno de los romances que pasan por su vida.
Lourdes Arroyo fue su primera esposa, el gran amor de su vida y la madre de sus dos hijos, Mario y Alejandra. Se casaron en 1973 en Illescas (Toledo). Ella tenía 20 años y venía de una acaudalada familia. Él, 24 años. Un tumor cerebral acabó con su vida en 2007, cinco años después de que el exbanquero entrase en prisión por el caso Banesto. Fue ese primer amor joven e intenso que acompaña siempre, aunque se rompa.

En 2009, conoció en el gimnasio a su segunda esposa, María Pérez-Ugena Corominas, profesora de Derecho Constitucional en la Universidad Rey Juan Carlos. La boda se celebró en la intimidad y el matrimonio se rompió en 2016, el mismo año en el que Conde volvía a entrar en prisión. Para entonces ya habían aflorado los puntos fuertes y débiles del exbanquero. Pudo ser un amor algo más complicado y exigente.

Adriana Torres Silva, marquesa de Casa Mendaro y descendiente de una estirpe ligada a la realeza, está divorciada del empresario Felipe del Cuvillo, con el que tiene tres hijas. Fue la última mujer que llegó a un corazón tal vez demasiado acerado. Esta artista, pintora y creativa plástica muy reconocida en la alta sociedad sevillana, llegó a su vida inmediatamente después del confinamiento. Viajaron mucho, frecuentaron los círculos más exquisitos de diferentes ciudades españolas y se ilusionaron. A pesar de la alcurnia de su novia, la localidad sevillana de Utrera, donde ella reside y desarrolla su talento creativo, se le quedó estrecha a Conde.
El de Adriana, aunque intenso, no ha resultado ser el ese último amor que busca todo corazón solitario y que suele llegar inesperadamente, cuando uno menos lo espera. A sus 76 años, Mario Conde, nacido en Tuy (Pontevedra) está centrado ahora en la cultura de Glasgow, cuna de grandes intelectuales e inventores, como David Hume o Sherlock Holmes, y su conexión con su Galicia natal.
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