
Lo que no se vio
El momento más incómodo de Bárbara Mirjan el día de su boda
Algunas personas abusaron de su amabilidad

No todo fue agradable para Bárbara Mirjan el día de su boda con Cayetano Martínez de Irujo, hubo un momento realmente incómodo y desagradable que no nos pasó desapercibido.
Cuando la novia llegó acompañada de su padre a la iglesia sevillana del Cristo de los Gitanos, un grupo de mujeres se acercó demasiado al coche de caballos en el que ambos llegaban y se puso a hacerles fotos con sus móviles, hasta aquí, todo tranquilo, pero la situación se hizo insostenible por unos minutos cuando algunas de esas señoras empezado a tocar el vestido nupcial. Bárbara le entró un cierto nerviosismo,, porque, además, el equipo de seguridad brillaba por su ausencia.

Menos mal que una de las organizadoras del enlace llamó rápidamente a varios miembros de dicho equipo, que acudieron rápidamente para acompañar a la contrayente y su progenitor hasta dentro del templo.
Aún así, ella no se descompuso en ningún momento, y a pesar de su nerviosismo, su sonrisa primó sobre lo desagradable. Algo debió contar a Cayetano porque, al abandonar la iglesia ya convertidos en marido y mujer, puso cara de pocos amigos ante los curiosos y los reporteros que les esperaban junto al coche de caballos.
El novio malhumorado
Ni en el día de su boda, el hijo de la duquesa de Alba pudo ser amable con los periodistas. Malhumorado y excesivamente serio se dirigió a estos últimos pidiendo respeto en un día tan especial, exigiendo que “ nos dejéis en paz”.
Si no quería ser visto en público podría haber celebrado la ceremonia dentro de su finca, al igual que hizo con el banquete y la posterior fiesta. Pero prefirió casarse en una iglesia que le trae un recuerdo muy emotivo, porque en ella descansan parte de las cenizas de su madre.
El ramo de la novia fue depositado junto al lugar donde se reposan sus restos, en un gesto que demuestra el enorme cariño del ya matrimonio por la fallecida.
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