Política

Óscar Puente: La vida «cuore» y «sexy» de un «mamporrero»

El diputado socialista vallisoletano, que se siente «irresistible, ha tocado la gloria esta semana

Oscar Puente (Psoe) Pleno Sesión de Investidura en el Congreso de los Diputados
Oscar Puente (Psoe) Pleno Sesión de Investidura en el Congreso de los Diputados Alberto R. RoldánLa Razón

Charles Darwin confundiría a Óscar Puente con uno de esos homínidos que bajaron de los árboles para empezar a caminar sobre sus pies, pero sin erguir su postura. Envuelto en aplausos, el diputado socialista ha creído tocar la gloria esta semana de investidura sin percatarse de que su cabeza metida entre los hombros dejaba a la vista su incipiente alopecia y la redondez de su espalda. Su propia imagen debería restar euforia a «este fanfarrón de medio pelo que se ve temible como político e irresistible para las mujeres».

Es como le describen en Valladolid, su ciudad natal y en la que ejerció como alcalde hasta 2023, quienes trabajan muy cerquita de él. «Aquí sorprendió que él replicase a un político de la talla de Feijóo, pero no su afán de ser el protagonista único e irrepetible», avanzan. Hace tiempo que se le quedó chico eso de ser novia en la boda, bebé en el bautizo y muerto en el entierro. Él quiere más. Se habría plantado peineta y bata de cola para transformarse en Carmen de España cuando su hija concursó en La Voz Kids. La niña, que tenía 13 años, se quedó a las puertas de la gran final, pero fue él quien acaparó la atención.

Vocación teatral

Tiene vocación de actor y en su día formó parte de una compañía teatral. Después de su exhibición en el hemiciclo, habría que pensar que sus dotes se ajustarían más al brikindans y al «crusai’to» de Chikilicuatre. Si se decidiese, no le faltaría cuerpo de baile, según confiesan nuestros confidentes, que comparten su día a día en política. Le gustan las mujeres y en eso, como canta Julio Iglesias, es un truhan. «Antes del divorcio, era vox populi la distancia con su esposa, la magistrada Laura Soria Velasco, una mujer muy apreciada que inició su carrera judicial en San Sebastián. El detonante final fueron unas imágenes con una veinteañera, aunque todos sabíamos que no era su primer desliz».

En lo cotidiano, según los vallisoletanos, derrocha simpatía, pero le pierde el exceso. «La alcaldía le hizo encariñarse con la pompa y el boato», advierten. Sus vacaciones a bordo de un lujoso yate en Formentera desataron revuelo. No solo por los 2.000 euros que costó aproximadamente cada día de alquiler, sino porque lo hizo en plena pandemia, cuando el resto de los ciudadanos continuaba con muchas restricciones. Tampoco pasaron desapercibidas sus imágenes conduciendo un vehículo de alta gama y altamente contaminante, valorado en más de 173.000 euros, mientras presumía de ser adalid medioambiental.

Le gusta darse baños de honrilla y necesita un tropel de admiradores. «No conoce –nos dicen– el término perfil bajo, menos en su agitada vida sentimental, lo que da pie a continuos y divertidos chascarrillos. Han arruinado el polvo de fin de semana a un miserable», detalla Macarena Olona en verano de 2021, cuando las redes publicaron un par de fotos comprometedoras. Entre sus romances citan a una profesora de danza, una empresaria del sector inmobiliario… De momento, a sus 54 años, sigue soltero.

Viene de una familia de clase media y estudió en el Colegio Público San Agustín y el instituto Felipe II. Aunque es forofo del Real Valladolid, hizo músculo en la cancha de baloncesto y en la pista de baile, siempre vacilón y repartiendo estopa (verbal). Lo de insultar es una pulsión enquistada en él. A la vista está que llamó golfos a los ministros populares y a Toni Cantó. Hasta Rosalía salió a defenderse cuando el exalcalde justificó la ausencia de la cantante en las fiestas de Valladolid por su elevado caché, 500.000 euros.

Son sonados algunos enfrentamientos con sus vecinos o colectivos de trabajadores que le pidieron, durante su mandato, mejores condiciones. Quienes le conocen sabían que no se conformaría con ser el invitado de piedra en el Congreso. Después de los aplausos de la bancada socialista y la tromba de tuits y titulares, despidió el día con un «buenas noches» de regocijo. Lo suyo es la farándula y todavía hoy seguirá pensando que su humorada política tuvo su aquel.