Casa Real
Sarah Ferguson: su salud mental, su apoyo a la Institución y el espíritu de Isabel II en Windsor
La ex esposa de Andrés de Inglaterra, la mayor defensora de la monaquía británica. "Isabel II era mi ídolo".
La duquesa de York, Sarah Ferguson, de 63 años, se ha convertido la mayor defensora de la Institución monárquica en Inglaterra. Siempre en el ojo del huracán en la época en la que estaba casada con Andrés de Inglaterra, sabe a la perfección lo que es ser juzgada y el daño que eso produce en la salud mental. Por eso, considera que ella no es quién para juzgar a nadie y menos a su sobrino el príncipe Harry ni a su esposa, Meghan Markle. Así lo dejó claro en su última entrevista concedida a la revista "People" con motivo del lanzamiento de su última novela, "A Most Intriguing Lady". "No creo que ninguna persona tenga derecho a juzgar a otra. No puedo emitir ningún juicio. He sido juzgada toda mi vida, y no tengo ningún juicio sobre los Sussex".
La madre de las princesas Beatriz y Eugenia estuvo siempre sometida al escrutinio en el seno de la familia real, también al del pueblo y la prensa británicos, desde que anunciara su compromisco con Andrés de Inglaterra en 1986. Una presión similar a la que sufría por entonces Diana de Gales.
En el diario "The Telegraph", Fergie, como cariñosamente se la conoce, aseguraba que "ser el foco del escrutinio público y la crítica tiene un coste en la salud mental, inevitablemente". Un coste que en su caso se tradujo en trastornos alimentarios y en años de terapia. Los tabloides británicos se cebaron con la figura "curvy" de Sarah utilizando expresiones tan hirientes y peyorativas como "Duchess of Pork" y "Fat Fergie".
Pero lo más positivo que la duquesa de York saca de su relación con la familia real británcia es su suegra. Isabel II fue para Sarah Ferguson, según declaró a "People", "mi ídolo".
Pese a su divorcio de Andrés de Inglaterra, la duquesa de York no solo mantuvo su título, sino que continuó viviendo en Windsor. De Isabel II, afirma que aprendió "el sentido del deber. Tenía un don para hacer que la gente se sintiera bien".
En septiembre, tras el fallecimiento de Isabel II, el príncipe Andrés y Fergie anunciaron que se harían cargo de los dos perros, de raza corgi, de la soberana. Muick y Sandy fueron un regalo de los duques de York a la reina para que se sintiera acompañada cuando su marido, el príncipe Felipe de Edimburo, fue ingresado.
Era tal el vínculo que unía a Fergie con su suegra que a día de hoy, asegura que la presencia de la soberana se percibe en Windsor. Al menos eso es lo que asegura Ferguson a la revista estadounidense.
Según Fergie, en Royal Lodge, donde vive junto al príncipe Andrés, antes de mudarse a Frogmore Cottage (la residencia de los Sussex en Windsor), están ocurriendo fenómenos extraños que ella atribuye al espíritu de Isabel II.
Un divorcio polémico y unas fotos "hot"
Pero la relación de Sarah e Isabel II no fue siempre tan cordial. Cuando Sarah Ferguson y Andrés de Inglaterra se separaron, Isabel II hizo público un comunicado en el que aseguraba que la duquesa ya no representaba a la monarquía y que la "royal house" jamás se haría cargo de las posibles deudas que Sarah pudiese tener.
Además, el "Daily Mail" publicaba ese verano unas imágenes donde un adinerado hombre de negocios americano chupaba los dedos de la duquesa mientras esta disfrutaba de un baño en topless. Unas fotos que supusieron la ruptura definitiva, o eso se creía, entre la familia real británica y Sarah. Intentando limar asperezas, la duquesa de York evió tres años más tarde un ramo de flores a la princesa Margarita. Según cuentan, la hermana de Isabel II le escribió una nota diciendo: "Has traído más vergüenza a nuestra familia que la que jamás podrás imaginar".
Una mujer todoterreno
Lo que es innegable, es que Fergie lo ha intentado todo por salir adelante. Desde ser imagen de un alisador de pelo que ella misma promocionaba en la teletienda americana, a diseñar tres plumas estilográficas "inspiradas en la naturaleza", en colaboración con la firma Montegrappa (cada pluma costaba 1.995 euros). Además, planeó crear una empresa llamada "Duchess Inc", que pretendía vender todo tipo de productos para llevar una vida glamurosa y saludable, al estilo del sitio Goop de Gwyneth Paltrow. Pero donde verdaderamente ha encontrado su vocación es en la literatura.
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