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Cómo limpiar la plata sin dañarla: 10 métodos caseros infalibles para recuperar el brillo de cada tipo de joya
Productos como el vinagre, el bicarbonato o la pasta de dientes son muy efectivos para recuperar el brillo de estas piezas
Joyas, cubertería, objetos de decoración... Los objetos de plata sufren un deterioro con el paso del tiempo, se ponen feas, algunas ennegrecen, otras amarillean y las que llevan algún porcentaje de cobre pueden incluso coger un tono verdoso. Pero todos estos inconvenientes tienen una solución fácil, que lleva poco tiempo en la mayoría de las ocasiones con sólo unos pequeños cuidados con productos que se encuentran en la mayoría de nuestras casas.
Todos los objetos de plata sufren las consecuencias del paso del tiempo y del ataque de elementos externos de todo tipo. Pero la mayoría de ellos tienen que ver con su uso y su manipulación. Así, las causas más comunes de que la plata pierda su brillo y se oscurezca son el propio Ph de la piel, el sudor, las cremas hidratantes y las solares, los jabones y detergentes, el cloro de las piscinas o el agua de mar o los cosméticos como los perfumes o las lacas. Todos los cambios de color se producen debido a una reacción química.
La causa de este “envejecimiento” de la plata es precisamente su composición. La piezas no son 100 por 100 de plata, lo que determina su calidad, brillo, resistencia a los agentes externos citados anteriormente o incluso la posibilidad de provocar algún tipo de alergia en el caso de piezas como pendientes, pulseras o collares.
Para proceder a la limpieza de estas joyas, conviene hacerlo en un lugar ventilado, porque muchas de las opciones generan reacciones químicas, además de llevar guantes para no dañarse las manos y no dejar huellas en las piezas a reparar. También es importante tener a mano una fuente de agua corriente por si alguno de los productos pudieran entrarnos en los ojos y necesitáramos lavarnos bien y de forma abundante para evitar daños mayores.
En primer lugar, antes de elegir alguna de las formas de limpieza de la plata hay que ver el tipo de joya que se va a intentar restaurar. En el caso de aquéllas que lleven piezas de joyería incrustadas como gemas, perlas o zirconitas, hay que tratarlas con alguno de los métodos menos agresivos. No sólo por los productos utilizados, sino por otros aspectos como el agua caliente, que pueden provocar que se desprenda la joya de su lugar.
Antes de empezar, es recomendable hacer una primera limpieza con agua y jabón y después secar bien la pieza. A continuación, ofrecemos varias alternativas con productos que suelen estar en todos los hogares y cuyo uso de manera individual o combinándolos entre sí, dan grandes resultados.
1.- Bicarbonato
Es el elemento más utilizado. Para este remedio casero, se deben echar dos cucharadas en un recipiente pequeño y añadir unas gotas de agua y remover hasta que se forme una pasta uniforme. Con esta pasta de bicarbonato, procedemos a frotar la joya con las manos y podemos recurrir a un viejo cepillo de dientes, con las cerdas suaves para limpiar las zonas más inaccesibles, como es el caso de cadenas y collares y objetos labrados. A continuación, se debe limpiar bien la pieza, para eliminar todos los restos de bicarbonato y para después frotarla con un paño seco.
2.- Bicarbonato y papel de aluminio
Al sr un método más agresivo que el anterior, hay que evitar utilizarlo con joyas delicadas. Esta segunda opción se basa en una reacción química, que elimina el color negro de la plata. Para ello, se debe poner agua a calentar, la suficiente para que las joyas puedan quedar cubiertas. Cuando el agua esté hirviendo, se deben echar dos cucharadas de bicarbonato poco a poco e ir removiendo para que se disuelva bien. En paralelo, hay que forrar un bol con papel de aluminio y colocar dentro las joyas. Cuando el agua esté hirviendo, se vierte sobre las joyas hasta que queden cubiertas y sobre ellas se deben echar unas virutas de papel de aluminio o si se prefiere hacer confeti con el papel de aluminio. Después de 3 o 4 minutos, sacar con una cuchara para no quemarnos, enjuagar y secar bien. Si las manchas persisten, se puede repetir la operación e incluso añadir a la mezcla un poco de sal.
3.- Bicarbonato y vinagre
Otra de las formas de uso del bicarbonato es mezclarlo con vinagre, que produce una reacción química que acaba con la suciedad de la plata. Esta mezcla genera acetato de sodio y dióxido de carbono, una reacción que es habitual usarla para desatascar tuberías o hacer limpieza en lavadoras y lavavajillas.
En esta ocasión, hay que colocar la plata en un recipiente y cubrirlo de bicarbonato. A continuación, removerlo (con un objeto no metálico) para que todas las partes de las joyas estén en contacto con el producto y echar vinagre poco a poco. De inmediato se producirá una reacción química y hay que remover todo hasta que deje de burbujear. Después, como en todos los casos anteriores, lavar bien las piezas, aclarar, y frotar con un trapo seco para sacar el brillo.
4.- Vinagre
En el caso de que la plata no esté muy sucia, se puede hacer una variante del ejemplo anterior y sólo utilizar el vinagre. Para ello, hay que cubrir las joyas con vinagre y dejarlo reposar unos minutos. Después, remover. Sólo queda aclarar y frotar con un trapo seco.
5.-Pasta de dientes
Otra forma de limpiar joyas o piezas de decoración que no estén muy sucias es la pasta de dientes, preferiblemente de color blanco y si es de las blanqueadoras, mejor, porque contiene partículas abrasivas que además de limpiar sirve para pulir las piezas y aumentar su brillo. Para ello, hay que impregnar las piezas con la pasta de dientes y frotarlas durante unos cinco minutos con un cepillo de dientes suave. Ya solo queda aclarar y secar para ver los resultados.
6.-Vinagre y sal
Otra opción sencilla si no se tiene bicarbonato es utilizar vinagre y sal, presentes en todas las cocinas. Para ello, hay que preparar un cazo con tres partes de agua y una de vinagre, a lo que añadiremos una cucharada de sal. Después de remover la mezcla hasta su disolución con un objeto no metálico, se pone el cazo en el fuego y se remueve de vez en cuando hasta que rompa a hervir. En ese momento, se retira del fuego, se deja reposar durante 5 minutos y se procede a aclarar y a frotar con un trapo seco.
7- Sal
Precisamente la sal sola, también nos puede venir bien para sacar brillo a la plata. De hecho, se puede repetir el primer consejo sustituyendo al bicarbonato. La dinámica es la misma. Hacer una pasta con dos o tres cucharadas de sal fina y unas gotas de agua y frotar las piezas de plata. Aclarar y secar bien y listo. En este caso, también se puede hacer uso de un cepillo de dientes viejo.
8- Zumo de limón
El zumo de limón es antioxidante y alcalino y también es muy eficaz para limpiar la plata. Para ello, hay que meter las joyas en un cazo con agua, que las tape enteras y ponerlo a calentar a fuego medio. Mientras el agua comienza a ebullir, cortar dos limones y escurrir el jugo en un vaso. Cuando hierva el agua, añadir el zumo de limón mientras se remueve todo con un objeto no metálico para no dañar la plata. Después, apagar el fuego y dejar reposar unos 10 minutos. Extraer con cuidado y lavar bien con agua fría y secar bien con un trapo. Para los casos que necesitemos limpiar piezas grandes, como cuberterías u objetos decorativos grandes, un buen método es el uso combinado de limón y sal. Primero, partimos un limón en dos mitades y nos ayudamos de un tenedor para extraer todo el zumo. Después, con la mitad del limón hacia arriba, echamos una cucharada de sal, la repartimos por toda la superficie y frotamos las piezas. Por último, aclarar bien y secar con un trapo seco.
9.- Aguarrás o amoniaco
El último es el método más agresivo y con el que más cuidado hay que tener porque tanto el aguarrás como el amoniaco expulsan gases. Por ello, hay que hacerlo en una habitación bien ventilada y, lo más importante, nunca mezclar los dos productos. En este caso, basta con coger un trapo, de algodón si puede ser, y se moja en una esquina con aguarrás o amoniaco y se frota la pieza a limpiar. Según se vaya ensuciando el trapo iremos cambiando la zona con la que se limpia. Muy importante: Al finalizar la limpieza, lavar bien las joyas con agua y jabón para eliminar todos los restos y el olor del producto. Finalmente, secar bien con un trapo seco.
10.- Vinagre, bicarbonato y aluminio para piezas muy sucias
Cuando estemos ante una o varias piezas de plata muy sucias o negras, podemos utilizar la mezcla de varios de los consejos anteriores para lograr recuperar el brillo. Para ello, primero hay que echar unas gotas lavavajillas sobre las piezas, mojarlas un poco y frotar hasta que salga espuma y aclarar con agua. Después de este primer paso, meteremos las joyas en un recipiente con vinagre durante otros 5 minutos y volvemos a aclarar. Sin dejarlas secar, las pondremos en otro recipiente con dos cucharadas de bicarbonato y las frotamos con los dedos. Mientras tanto, calentamos agua y envolvemos un bol con papel de aluminio o preparamos las virutas o confeti de aluminio. Ponemos las joyas impregnadas de bicarbonato sobre el papel de aluminio del bol y añadimos el agua caliente. Removemos y echamos el confeti. Cinco minutos después aclaramos las joyas y agregamos pasta de dientes (blanca y blanqueadora a ser posible) y frotamos con los dedos o un cepillo para llegar a todas las partes de las piezas. Finamente, aclarar y frotar con un trapo seco. Si alguna mancha persiste, se puede repetir el proceso.
Consejos para dilatar la “vida” de la plata
Para prolongar la “vida” de las joyas, conviene guardar una serie de precauciones, que servirán para retrasar su limpieza. Así, hay que evitar en la medida de lo posible el contacto con cosméticos y cremas, por lo que conviene ponerse las joyas justo antes de salir de casa y nada más llegar; guardar cada una de manera individual en una caja para evitar la oxidación que provoca el aire; evitar su uso durante las tareas del hogar, para minimizar el contacto con productos agresivos como detergentes, lejías o incluso para protegerlas de posibles golpes; también es recomendable evitar bañarse con ellas en el mar, la piscina o incluso en la ducha de casa; no usarlas durante el ejercicio físico, porque el sudor también ayuda a que se ensucien; y si nos las quitamos para bañarnos, por ejemplo, no dejarlas al sol. En el caso de que notemos que ya están empezando a ennegrecer, limpiarlas cuanto antes para que su restauración sea más sencilla.
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