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Huella ambiental
Cada acción cuenta: Banco Santander reduce sus emisiones un 86% y avanza en la reducción de su huella ambiental
La entidad financiera mejora su estrategia de sostenibilidad con nuevas medidas de eficiencia energética, impulso a las energías renovables y compensación de emisiones, en línea con el Acuerdo de París

Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero ya no es solo una cuestión ambiental: es una exigencia económica, social y reputacional. Los compromisos del Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible han marcado la agenda en sostenibilidad de gobiernos y grandes empresas en los últimos años, que trabajan hacia una economía baja en carbono que no solo mitigue los riesgos, sino que proponga nuevas oportunidades de crecimiento. Con metas ambiciosas y una estrategia consolidada, Banco Santander ha logrado reducir un 86% sus propias emisiones y continúa implementando medidas concretas en eficiencia energética, movilidad sostenible, energías renovables y gestión de residuos. El objetivo es reducir el impacto ambiental de sus operaciones como parte de su ambición climática.
Un compromiso con base sólida: medición y acción desde 2001
La entrada en vigor del Acuerdo de París en noviembre de 2016 marcó un punto de inflexión en la lucha global contra el cambio climático. Un total de 196 países se comprometieron a emprender acciones para limitar el calentamiento mundial. Los diferentes gobiernos se pusieron manos a la obra para marcar una hoja de ruta, un compromiso que también asumieron las grandes empresas, como Banco Santander, que ya había comenzado a medir su huella ambiental en 2001. En los últimos años, la entidad ha impulsado planes de mejora continua en sus sedes, oficinas y procesos en línea con el estándar internacional GHG Protocol, un modelo diseñado para que las empresas midan, cuantifiquen y reporten sus propios niveles de emisiones.
Camino hacia las cero emisiones netas
Como parte de su ambición de alcanzar las cero emisiones netas de cara a 2050, la compañía trabaja desde hace años en la reducción de su propia huella ambiental y ha fijado el año 2030 como una fecha simbólica en el uso de energías renovables/autogeneración, eficiencia energética y reducción de consumos. El objetivo es lograr reducir un 75% sus emisiones operativas con respecto a 2020. Uno de los grandes avances ha sido la extensión del uso de electricidad certificada renovable, que ya representa el 96% en sus diez principales territorios. Además, disponen de más de 8.800 kW en instalaciones solares para autoconsumo en Brasil, Chile y España, lo que supone una electricidad autogenerada total de 18,5 GWh.
Respecto a los espacios de trabajo, la entidad financiera ha priorizado la construcción y transformación de sus sedes para optimizar recursos. Actualmente, el 37% de la plantilla trabaja ya en edificios con certificaciones ambientales que garantizan una menor huella ecológica en términos de consumo energético y gestión de residuos, como es el caso del edificio Hernán Cortés en Santander, calificado como Breeam Excepcional, y las oficinas centrales Santander Milton Keynes, Unity Place, con una superficie de casi 80.000 m² construidos bajo criterios de sostenibilidad.
En lo que se refiere al transporte, se ha superado ampliamente el objetivo de 1.250 puntos de recarga eléctrica que se habían fijado para 2025: el año pasado Banco Santander contaba ya con 2.103 plazas de este tipo en sus sedes, un hito que se suma a la actualización de su flota y la promoción del uso de transporte público, las rutas corporativas y los programas de carsharing.

Concienciación y cultura corporativa
La estrategia de Banco Santander pretende ser lo más amplia posible e involucrar a sus empleados y empleadas de todo el mundo. Una buena prueba de que su plantilla está 100% concienciada es que prácticamente toda su red de oficinas está libre de plásticos de un solo uso. Tanto es así que sedes tan emblemáticas como la Ciudad Financiera en Madrid se han declarado Zero Waste, lo que refleja su firme compromiso con una economía más circular y responsable.
Más allá del perímetro operativo
A estos hitos e itinerarios, el año pasado Santander añadió al reporte de emisiones directas cuatro nuevas categorías para cuantificar también aquellas relacionadas con su cadena de suministro, que incluye la compra de bienes y servicios y la distribución. Además, la entidad mantiene su política de apoyo a clientes en transición hacia modelos productivos más limpios.
Por último, y para aquellas emisiones que no pueden evitarse, Santander ha desarrollado un sistema riguroso de compensación mediante créditos de carbono certificados. En 2024, compensó sus emisiones con 59.858 créditos de proyectos nuevos y stock, un 85% mediante proyectos de reducción y un 15% con proyectos de eliminación aprobados por agencias independientes de verificación.
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