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La tecnología ayuda a crear música para todos

Vahakn Matossian verificó que la mayor parte de las comodidades que se ofrecen a las personas discapacitadas solo se idean para las acciones básicas del día a día. ¿Y dónde queda la música?

La tecnología ayuda a crear música para todos
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Para solventarlo, Vahakn Matossian, graduado en Diseño 3D por la Universidad de Brighton y máster de Diseño de Productos por la Academia Real de las Artes de Londres, lanzó Human Instruments. ¿Su objetivo? Diseñar y generar instrumentos alcanzables para que cualquiera pueda crear, sentir y expresarse por medio de la música.

“Imagina que tu ídolo musical no existe, ¿qué harías para recuperarlo?”, pregunta Matossian. Para este joven, que ha sido escogido como Innovador menor de 35 Europa 2017por MIT Technology Review en español, la clave es no crear la ocasión de tocar música, sino más bien de sentirse músico.

De este modo, Matossian empezó a trabajar en el diseño de nuevos hardwares electrónicos. Hi Note y Touch Chord son sus dos primeros instrumentos. Los dos se controlan con la respiración: el usuario sopla por un cilindro y puede hacerlo con más o menos fuerza, según lo que desee trasmitir.

 

Hi Note está destinado a personas sin capacidad para mover sus extremidades, pero sí su cabeza. Touch Chord, en cambio, se dirige a aquellos que apenas tienen fuerza en los brazos, pero que todavía tienen movilidad. Compuesto por dos tableros, uno actúa como un piano y el otro como los botones de cambio. El instrumento procesa la acción sobre él y la transmite al sintetizador digital de cualquier fabricante, lo que amplía el rango de usuarios.

Ahora, el autor de Human Instruments, que también es músico, busca financiación y nuevos socios para conseguir llevar a más personas sus instrumentos, que los conozcan y le digan de qué manera continuar mejorándolos. A diferencia de otras ideas, Human Instruments no busca limitar la música a su empleo como terapia.

De ahí que, explica su autor, son los propios músicos con alguna discapacidad quienes deben probar y dirigir el diseño de nuevos instrumentos. También se dirige a quienes todavía no han tenido la ocasión de aprender qué es y de qué forma nos completa la música. Solo en Reino Unido y a inicios de 2016, había más de un millón de estudiantes con necesidades singulares que podrían tener en la creación musical un apoyo clave y que podrían llegar a ser futuros músicos. En cualquier caso, una cosa está clara: A nadie se le debe privar de la música.

Fuente: Opinno, editora de MIT Technology Review en español