«El problema de nuestra sociedad es el cambio del clima»

Estamos ante el vértice de un cambio climático que forzará a la humanidad a una difícil adaptación para asegurar su supervivencia. Los seres humanos nunca se habían enfrentado a algo así... y, sin embargo, sí que lo habían hecho. El historiador alemán Philipp Blom nos descubre cómo en el siglo XVII Europa cayó en una especie de pequeña Edad de Hielo que hizo bajar la temperatura al menos dos grados arruinando durante años cosechas y con ellas todo el sistema feudal de producción. El ensayista propone una idea sistémica y determinista de la historia para asegurar que aquella necesidad de buscar nuevas salidas a la crisis climáticas propiciaron el inicio de la modernidad, el auge de las ciudades y las clases medias, la asimilación de ideas humanistas y el inicio del sistema capitalista basado en el consumo, la exportación y el aumento anual de la producción.

–Parece que el libro indique que esta crisis climática en la que estamos inmersos es una buena oportunidad para un nuevo progreso

–No es tan simple, pero sí, muchos me han dicho que es un libro optimista. Lo que quiere dejar claro esta obra es que un cambio climático comportará un profundo cambio en el hombre, porque ya existen pruebas en la Historia de que esto ha pasado. Y que estos cambios serán radicales. Es una advertencia de lo mucho que nos jugamos en el que es sin duda el gran problema de las sociedades contemporáneas.

–Así que usted no es muy optimista respecto al futuro de la humanidad?

–Si usted tiene un hijo pequeño, puede dejar la ventana abierta y seguramente no pasará nada, pero si el niño se asoma y se cae, ya no podrá arreglar nada. Así que lo mejor es cerrar la ventana. El cambio climático está sucediendo y parece inevitable, así que deberíamos hacer mucho más de lo que estamos haciendo. Y sin embargo nadie sabe lo que ocurrirá.

– La pregunta es, ¿se puede hacer algo?

– La gente cree que solo hay que reducir la producción y que los gobiernos han de limitar los excesos. El problema es que las democracias son muy caras, se necesita recaudar mucho dinero para financiar los parlamentos, los funcionarios, la sanidad, y esto únicamente se consigue provocando que la economía crezca. Así que hay que renunciar a mucho más que a usar plástico para conseguir medidas que realmente tengan efecto para parar el cambio climático.

– En el siglo XVII culparon al hombre por el cambio climático como si hubiese ofendido a los dioses. Ahora también se culpa al hombre, ¿qué ha cambiado?

– Ahora entendemos cómo la actividad humana ha acelerado el proceso de desestabilización del clima. En el siglo XVII estábamos en el inicio de la ciencia moderna y a partir de esa Edad de Hielo se propició un nuevo humanismo que daría paso a la Ilustración. El mundo funciona de forma sistémica. Todo está relacionado y pocas cosas ocurren por casualidad. No sé lo que ocurrirá, pero estamos en momentos fascinantes. Lo que está claro es que la Biblia presentaba a la Tierra como algo ajeno que se nos había otorgado para disfrutarlo como quisiéramos. Hasta que no comprendamos que esta idea es absurda, que somos la misma Tierra que estamos destruyendo, nada radical se hará y es momento para las grandes decisiones.