Bruselas rechaza que la banca española precise ayuda de la UE

BRUSELAS- Nueva jornada de rumores, malentendidos y desmentidos en el epicentro de la UE. Después de que surgieran varias informaciones en sentido contrario, tuvo que salir a la palestra el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, para negar categóricamente que la Comisión Europea crea que España pueda tener que pedir ayuda al fondo europeo de rescate para sanear sus entidades bancarias. «Es completamente infundado y no es cierto», dijo Rehn a los periodistas tras intervenir en el Parlamento Europeo en una audiencia sobre la crisis griega.

Rehn insistió en que ésta «no es la posición de la Comisión». «No pensamos así, no hablamos sobre eso y no lo hemos dicho», recalcó. Las declaraciones de Rehn se producían después de que fuentes comunitarias señalaran la posibilidad de que España pudiera optar por recurrir al fondo de rescate para sanear su banca definitivamente tras los problemas creados por el estallido de la burbuja inmobiliaria.

Las autoridades españolas negaron los rumores, asegurando que con el saneamiento que se exige a la banca, ésta podrá volver a acceder a los mercados de financiación y así volverá a fluir el crédito. «Lo desmiento absolutamente», señaló el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos antes de presentar el libro «La crisis de la deuda soberana en la eurozona», de Ramón Tamames, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. De Guindos recordó que España tiene su plan de reestructuración y saneamiento del sistema bancario. «En absoluto vamos a acudir al fondo», sentenció el ministro.

Los efectos de la burbuja
El sector bancario español podría acudir al fondo de rescate del euro en el caso de que no consiga financiarse por otras vías. Bruselas sigue de cerca la restructuración que están llevando a cabo los bancos españoles y, además de vigilar y autorizar fusiones, compras y ayudas de Estado, quiere contribuir al saneamiento de un sector que todavía sufre los efectos de la burbuja inmobiliaria.

Aunque el Gobierno ya ha pedido a las entidades provisiones extraordinarias de 52.000 millones para sanear los activos inmobiliarios dañados, miembros de la Comisión creen que si la crisis se alarga y los precios de la vivienda tardan en ajustarse, esa cifra podría ser insuficiente.

En ese caso, según un alto funcionario de la Comisión Europea, los bancos deberían buscar fondos privados o, en su defecto, públicos o, en último caso, acudir al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) que a partir de julio tendrá al menos 500.000 millones. Pero ayer tanto el Ejecutivo español como el comisario Rehn demostraron que este recurso está muy lejos de ser usado.

En contra de los que opinan que acudir al fondo supone una estigmatización para la entidad o el país que lo realice, Bruselas recuerda que «en una crisis no hay soluciones buenas y hay que buscar la menos mala» y el objetivo es, en todo caso, que los bancos vuelvan a dejar fluir el crédito, algo que no están haciendo pese a la barra libre del Banco Central Europeo.

Precisamente, el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, reclamó ayer a la zona euro que incremente el fondo de rescate del euro hasta el billón de euros porque ello sería una «señal» perfecta a los mercados que demostraría que la UE está dispuesta a proteger a todos los países «que están haciendo los deberes», como es el caso de España. «Cuanto más grande sea el fondo, más probabilidades habrá de que no haya que utilizarlo», manifestó en una conferencia celebrada en Bruselas.

Dotación del «cortafuegos»
Los ministros de Economía de la zona euro, reunidos el viernes en Copenhague, abordarán la forma viable de elevar la capacidad de fuego del futuro Mecanismo Europeo de Estabilidad, pero, por ahora, en el mejor de los casos –y si Alemania da su visto bueno– sólo podrían sumarse los 500.000 millones de euros previstos desde julio del año pasado a los 200.000 millones restantes todavía de la Facilidad Europea, que ha servido para los rescates de Grecia, Portugal e Irlanda.