Crisis económica

La oportunidad perdida por María BLANCO

La Razón
La RazónLa Razón

La posición del Partido Socialista francés de cara a las elecciones de 2012 se ha visto comprometida por el nuevo escándalo del director del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn (DSK). Tan sólo su rival dentro del Partido Socialista, Martine Aubry, y su mujer, la periodista Anne Sinclair, parecen creer en su inocencia hasta que se demuestre lo contrario. El hecho de que DSK presentara rasguños en su torso y que llueva sobre mojado en lo que se refiere a líos de faldas no ayudan a creer al abogado, que asegura que a esa hora estaba con su hija. La fianza le ha sido denegada.

Pero más allá de lo estrictamente policial, nos encontramos ante una bomba que salpica a una de las instituciones más cuestionadas de nuestra era, el FMI. Fue creada al mismo tiempo que el Banco Mundial por británicos y estadounidenses para controlar el sistema monetario internacional cuando, al acabar la Segunda Guerra Mundial, Mr. Keynes y Mr. White pusieron encima de la mesa sus fichas de dominó. Hoy en día el FMI no cumple ninguna de las funciones que pretende: fomentar la cooperación monetaria, asegurar la estabilidad financiera, facilitar el comercio, promover el empleo y el crecimiento sostenible, y reducir la pobreza. Su solución, acabar con la deuda mediante la deuda, es más bien suicida.

Por desgracia, la caída de DSK no va a traer consigo un replanteamiento acerca de la necesidad de esta institución, sino que ya hay lista de candidatos. Pero nada de cuestionar su disolución. Una oportunidad perdida.


María Blanco
Profesora de Economía de la Universidad CEU-San Pablo