Una leyenda interminable

El Barcelona dio ayer oficialidad a lo que todo el mundo sabe. Que es el mejor equipo del mundo. Con una nueva sublimación de su estilo de fútbol y nueve canteranos en el once inicial, el conjunto que dirige Pep Guardiola borró del terreno de juego al Santos, al que pasó por encima (4-0) en la final del Mundial de Clubes, que entra por segunda vez en el museo azulgrana. «Hemos aprendido a jugar al fútbol, nos han dado una lección», confesaba resignado Neymar tras el encuentro. El Barça no dejó lugar a dudas. Cuando le salen las cosas, no hay equipo en el mundo capaz de hacerle sombra.

Con el cetro mundial logrado en Japón, el Barcelona completa otro año triunfal a las órdenes de Pep Guardiola, que sigue engrandeciendo su leyenda. Ha ganado cinco títulos en este 2011. Sólo se le escapó la Copa del Rey ante el Real Madrid. Afrenta menor si tenemos en cuenta que los azulgrana han levantado consecutivamente la Liga, la Liga de Campeones, la Supercopa de España, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes. Unos números estratosféricos que continúan creciendo al auspicio del técnico de Santpedor. Desde su llegada, ha disputado 16 títulos y ha ganado 13. No hay palabras.

Soñó un día Louis van Gaal con que el Barça ganaría la Copa de Europa con un once íntegramente formado en La Masía. Algunos le tomaron por loco, pero Guardiola se acerca cada vez más a ese sueño. En Wembley, ante el Manchester United, alineó a siete canteranos de inicio. Ayer, se proclamó campeón del mundo con nueve jugadores formados en La Masía en el once inicial –cinco más estaban en el banquillo–. Tan sólo Abidal y Alves, que actuó de extremo, no nacieron futbolísticamente en Barcelona. Para Guardiola, más orgulloso que nunca de sus discípulos, no es un título más. «Esto se recordará siempre, no sé si mis jugadores son conscientes», señalaba el preparador azulgrana.

La grave lesión de Villa, al que Cesc dedicó ayer su gol haciendo el «7» con sus manos, abría un amplio abanico de opciones tácticas de cara a la final. Guardiola volvió a sorprender y apostó por un dibujo completamente nuevo. Una vuelta de tuerca más a un sistema y a un estilo de juego que evoluciona en cada partido y al que no se le atisba final. El Barça le quitó el balón al Santos, ofreció un recital de juego y marcó cuatro goles. Y todo lo hizo sin delanteros. Con un 3-7-0, Guardiola rompió todos los pronósticos. Si la pelota es siempre del Barcelona, ayer lo fue un poco más. Messi jugó con libertad, con Alves y Thiago por las bandas, poblando un centro del campo que sólo tuvo un color. Bueno, dos. El azul y el grana.

Después de haberlo ganado todo en los últimos años, la mejor señal para el Barcelona es que sus jugadores continúan luchando por cada pelota como el primer día. Su hambre de gloria es inacabable. El Santos asistió a otra lección de los azulgrana sin ningún tipo de poder de reacción. Fue imposible. «No aspiro a jugar en el Barça, sólo a que un día me dejen jugar un partido con ellos», desvelaba Ganso, internacional absoluto con Brasil, tras el choque.

El futuro será el juez que sitúe a este Barcelona en la historia del fútbol. El presente dice que es un equipo de leyenda, de una leyenda interminable que bien podría haber firmado Michael Ende. No hay dragones, sólo un balón y unos menudos futbolistas que han convertido en arte un deporte. Pero la historia es la misma. Alucinante. Interminable. El Barça está en la cima del mundo y no hay nadie capaz de empujarlo hacia abajo.



- Ficha técnica:

4 - Barcelona: Valdés; Puyol (Fontas, min.85), Piqué (Mascherano, min.56), Abidal; Alves, Busquets, Xavi, Thiago (Pedro, min 78); Iniesta, Cesc; y Messi.

0 - Santos: Rafael; Danilo (Elano, min. 30), Edu Drácena, Bruno Rodrigo, Durval, Leo; Henrique, Arouca, Ganso (Ibson, min.83); Borges (Kardec, min.78) y Neymar.

Goles: 0-1. Min.17: Messi; 0-2. Min. 24: Xavi; 0-3. Min. 45: Cesc; 0-4. Min. 82: Messi.

Árbitro: Ravshan Irmatov (UZB). Mostró tarjeta amarilla a Piqué (min.38), Mascherano (min.70), Ganso (min.72) y Edu Drácena (min.73)

Estadio: Estadio Internacional de Yokohama. Lleno absoluto: 68.166 espectadores.
Temperatura: 9 grados, 42 por ciento de humedad.

Incidencias: Antes del partido se ofreció un espectáculo de pirotecnia con el volcán sagrado nipón Fuji como protagonista.