Bruselas

El ridículo por Toni Bolaño

La Razón
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Algo me he perdido. Lamento no entender la obsesión sobre el pacto fiscal y menos con la que está cayendo. Rajoy anunció el mayor recorte de la democracia sobre las clases medias y los trabajadores, y 24 horas después, los partidos catalanes convocados por Artur Mas, reunidos en una gran cumbre, no le dedican ni un minuto al hachazo. Sólo hablan del pacto fiscal que, a día de hoy, es poco menos que la suma de un mantra de soluciones infinitas y de mucha palabrería.

Los partidos se quejan de que los ciudadanos se alejan de la política. Sin duda, actuaciones como las de hoy son un ejemplo del porqué. Primero, nada más alejado de la realidad que hablar de un pacto fiscal que la contraparte no quiere negociar. Más bien, no quiere ni oír hablar. Rajoy ni se preocupa, ni se ocupa, de Cataluña. Su preocupación se sitúa en Bruselas o Berlín y en las consecuencias de la aplicación de unas medidas que no son del agrado de los ciudadanos en recortan pensiones, prestaciones de paro y salarios. No gustan ni a los votantes del PP, que están atónitos con Rajoy y su gobierno.

Segundo, no es de recibo cacarear sobre el pacto fiscal mientras el conseller de Economía del Govern ha ido a mendigar que el cinturón no apriete tanto este año. En lugar de un déficit del 1,5 por ciento Mas Colell ha pedido un 2 por ciento. No parece que haya tenido mucho éxito. Todo lo contrario. El conseller ha agotado su calculadora cuando el inefable Montoro ha dado más tralla a las autonomías pidiendo menos gasto. O sea, más recortes.

Tercero, si los curanderos y charlatanes medievales vendían ungüentos y pócimas, los de hoy venden ese maravilloso remedio que se llama pacto fiscal. El Gobierno nos lo presenta como la gran solución, aunque la cruda realidad dice que Cataluña ansía los hispanobonos con urgencia para poder ir a recoger euros frescos en los mercados. Cataluña por sí sola no puede. Su marca no vende un colín.

Cuarto, CiU después de marear la perdiz defiende una Agencia Tributaria Catalana consorciada con la estatal. Gran novedad que es similar a lo que ya tenemos. Mucho ruido para tan pocas nueces. En política, se puede hacer de todo menos el ridículo decía el ex president Tarradellas. Después de la cumbre de ayer, no lo duden, la hemos traspasado y con creces.