Sevilla

Más nubes y dudas para avivar la incertidumbre

Una representación de la Macarena saldrá en Los Estudiantes por la llegada de la Virgen a la Anunciación en 1936.

La Razón
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SEVILLA- Chubascos dispersos y una inestabilidad importante serán los principales problemas de los cofrades de cara a este Martes Santo. No hay certezas, pero parece que lo más probable es que la lluvia pueda hacer acto de presencia en las calles de manera esporádica, por lo que más de una junta de gobierno tendrá que reunirse varias veces para decidir si sale la cofradía o no. La última vez que esta jornada vivió momentos parecidos fue el año 2007, cuando algunas hermandades se aventuraron a realizar su estación de penitencia pese a los malos pronósticos. Una de ellas, con demostrada falta de criterio, fue San Esteban, a la que la lluvia le afectó en varios puntos de su recorrido. Una situación que produjo un elevado desconcierto, tanto para el cuerpo de nazarenos como para los costaleros, que tuvieron que hacer un sobreesfuerzo.
En cuanto a peculiaridades, este Martes Santo será el de la gran efeméride que quieren celebrar las hermandades de Los Estudiantes y la Macarena, ya que se cumplen 75 años de la llegada de la Virgen de la Esperanza a la iglesia de la Anunciación tras el saqueo de San Gil.
En aquellos momentos, ambas corporaciones pasaban por momentos muy duros, ya que incluso la hermandad de la Universidad tuvo que realizar sus cultos en el Salvador con tan sólo dos fotografías de sus titulares. Hay que recordar que, desde entonces, ambas han estrechado sus lazos de unión. Por ello, una representación de la Macarena acompañará al Cristo de la Buena Muerte, y al revés, en la Madrugada.
Como es habitual, los nazarenos que primero llegarán a la Campana serán los del Cerro, que este año tiene como novedad principal un nuevo juego de varas para acompañar al guión de la coronación, obra de los talleres de Orfebrería Delgado López. En San Esteban, los hermanos siguen mejorando su patrimonio paulatinamente. Si el año pasado acabaron la restauración del techo y las caídas del palio, este año estrenan un guión dedicado la Virgen del Rocío y una bandera concepcionista elaborada por un grupo de hermanas. En cuanto a lo musical, la agrupación Santa Cecilia será la encargada de abrir paso delante de la cruz de guía.
En la Candelaria, el paso de misterio estrena una cartela donada por los costaleros que ha sido realizada por Manuel Martín, mientras que en San Benito, el Señor de la Presentación cruzará la ciudad desde su barrio con los brazos totalmente descubiertos. Una buena oportunidad para disfrutar de una de las tallas más interesantes de Antonio Castillo Lastrucci.
En lo que respecta al recorrido, el Dulce Nombre alterará el camino habitual que realiza hasta llegar a la Carrera Oficial para pasar por la sede del Colegio de Graduados Sociales, ya que la Virgen del Dulce Nombre cumple un cuarto de siglo como patrona de este colectivo profesional. En la calle Feria será donde se podrá ver el mayor de los estrenos, ya que Maruja Vilches será la primera mujer que salga con la vara dorada de hermano mayor de Los Javieres, en sustitución de Jesús Gutiérrez, que por motivos de salud ha tenido que delegar el puesto de manera temporal.
«Es el mejor regalo que nos ha hecho el Cristo de las Almas. El hermano mayor tenía el corazón un poco deteriorado y ahora tiene uno nuevo», comenta Vilches, que recuerda que el único estreno material es la restauración de un juego de varas, «que estaban ya muy viejecitas».


RECOMENDACIONES
Día de contrastes

La variedad es una de las pautas de un día en el que hay cofradías de capa, de ruán, de silencio, con cornetas y tambores o con agrupación musical, así como grandes pasos de misterio e impresionantes crucificados y pasos de palio.
- El arranque sólo tiene un lugar: el Cerro del Águila, un barrio en el que la Pasión se vive todo el año y se desborda cada Martes Santo con la Virgen de los Dolores. Se puede acompañar a la cofradía en los primeros compases de la estación de penitencia y luego ir hasta la Puerta de Carmona para ver la salida de la hermandad de San Esteban, una de las más dificultosas. Posteriormente, lo mejor es cruzar hasta la plaza de la Contratación para ver la hermandad de Los Estudiantes. Aunque sea un poco largo el camino, ir hasta la calle Trajano o las inmediaciones de la plaza del Duque debe ser una opción a tener en cuenta para ver a Los Javieres. Cambio absoluto de concepto. De la severidad de esta última hermandad se va hasta San Benito, en la que manda el colorido y la gracia popular de una hermandad en la que todo es desbordante. Hay que buscarla por las inmediaciones de Santa Catalina. Un descanso en la Alfalfa o en los alrededores del Salvador viene bien y nos permite tomar posiciones para asistir al tránsito de la Candelaria. Hay que fijarse que el Señor de la Salud es el único nazareno que lleva tallada la túnica. n Ir hasta las cercanías de la plaza de San Lorenzo permitirá disfrutar del discurrir de la hermandad del Dulce Nombre. En ella, hay que destacar el paso de misterio. Si se ha visto antes el de la Presentación al Pueblo, se puede apreciar que éste es mucho más austero en las formas, el modo de andar y el acompañamiento musical. De nuevo los contrastes, del Dulce Nombre se pasa al negro ruán de la hermandad de Santa Cruz, un verdadero ejemplo de cómo una cofradía se adecua a su barrio. Aquí todo es un poco más pequeño de lo normal para que los pasos puedan discurrir sin problemas por las estrechas calles de la antigua judería. No se la pierdan de vuelta a su iglesia por Mateos Gago.