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Las cuentas imposibles de Carabaña
Durante diez años su ex alcalde no presentó las cuentas del Ayuntamiento pese a las reclamaciones judiciales. Mariano Arévalo acumuló facturas impagadas desde 2005 que suman más de un millón y medio de euros
MADRID- Cuando tomó posesión como alcaldesa de Carabaña, Nadia Álvarez Padilla sabía que las cuentas que había realizado su predecesor, Mariano Arévalo (PSOE), eran, cuanto menos, enrevesadas. Pero la realidad que encontró era mucho peor de lo que esperaba: diez años de cuentas sin presentar, sin justificar y sin registrar. «Y sólo se puso a liquidar los presupuestos de 2001 a 2004 porque una de las sentencias que le obligaba a hacerlo le imponía una multa en su patrimonio personal si no lo hacía», denuncia la regidora.
Desde que llegó al consistorio de Carabaña, Nadia Álvarez quiso comprobar el estado de las arcas municipales sin lograr información alguna del equipo de gobierno socialista. «Tengo diez sentencias contra el alcalde por vulnerar los derechos de los concejales pero no conseguimos nada», explica. Según denuncia, la desorganización en el consistorio llegóa tal punto que los Presupuestos de 2009 «se aprobaron el 14 de diciembre de ese año y desde entonces están prorrogados».
Ejecución forzosa
Es más, pese a tener una sentencia del 21 de septiembre de 2009 –del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 25 de Madrid– que le obligaba a presentar las cuentas de 2004 y el cierre de los ejercicios anteriores, Nadia Álvarez tuvo que pedir más de un año después la ejecución forzosa de la misma para que Arévalo por fin se decidiese a rendir cuentas de la gestión económica de Carabaña.
Así, en marzo de 2011 y a toda prisa, el alcalde contrató a una empresa para que reuniera toda la información que debía presentarse ante la Cámara de Cuentas. «Contrataron una empresa para que organizase la contabilidad y cerrar "a capón"los ejercicios», explica Nadia. Es más, cuando los concejales del grupo popular en el consistorio de Carabaña protestaron por la falta de información en la reunión urgente de la Comisión Especial de Cuentas que se convocó justo antes de las elecciones de mayo de 2011, para aprobar las Cuentas Generales de 2001 a 2004, el acta de la sesión recoge que «el partido popular no hace acto de fe» para votar favorablemente cuando «no se le entrega el Presupuesto ni los saldos de los bancos, no constan los mandamientos de pago ni los ingresos, así como la relación nominal de acreedores y deudores; ni se ha dado una solución al remanente del año dos mil».
Eso sí, tanto el alcalde, Mariano Arévalo, como la secretaria, Hermelinda Pérez, aseguraban que «salvo error u omisión», los documentos que pedían los concejales del PP constaban en los libros del consistorio. «Imagina la sorpresa cuando, al ganar las elecciones, nos encontramos con que no existía absolutamente nada», cuenta la actual alcaldesa.
De hecho, cuando la regidora decidió prescindir de la anterior secretaria –«que no cerró las cuentas nunca porque no sabía que había que hacerlo», asegura– y pidió a un interventor del Cuerpo del Estado que ocupase el puesto, éste llegó a decirle «si sé lo que hay no vengo».
«Todos los funcionarios del Ayuntamiento están trabajando por las tardes con un programa para intentar desenmarañar los datos económicos del Ayuntamiento», señala Álvarez, porque el Gobierno les retiene las entregas a cuenta desde el pasado mes de octubre por no presentar las Liquidaciones del año 2010. Los trabajadores municipales están intentando cerrar la Contabilidad desde 2005 a 2010.
Retención de ingresos
A esto se añade que van apareciendo facturas impagadas de todas partes. «El otro día fuimos a una joyería del pueblo para comprar las bandas y las coronas de las misses de las fiestas y nos sacaron dos cuentas impagadas de 2007 y 2008», asegura la regidora. Según el último informe del secretario interventor, Carabaña debe 1.622.891 euros a proveedores por facturas que, pese a estar en el registro de entrada, nunca llegaron a pasar a contabilidad. Al dinero que se debe hay que añadir los intereses de moro por retraso en el pago y algunas de las facturas pendientes son de 2005. «Ahora el Estado nos retiene 130.000 euros y entre que no sabemos el dinero que tenemos ni el que debemos, la situación es desesperada», confiesa Álvarez, que ha renunciado a su sueldo de edil, así como todos sus compañeros.
Debido a esta situación, en el último Pleno municipal, el pasado 23 de febrero, el PP se veía obligado a aprobar «con todo el dolor de nuestros corazones y a pesar de lo que a nuestras cabezas y sentido común nos piden» las Liquidaciones de los Presupuestos de 2001 a 2004. Y para más «inri», a este Pleno no acudieron ni el ex alcalde, Mariano Arévalo, ni los demás concejales socialistas, alegando, «compromisos profesionales».
El ataque de la mujer del alcalde
La tensión entre los grupos del PSOE y el PP en el Ayuntamiento de Carabaña es más que palpable. El pasado mes de abril, cuando el entonces alcalde, Mariano Arévalo, contrató a una empresa para cerrar a contra reloj las cuentas de 2001 a 2004, la ira se desató en medio del pleno municipal.
Precisamente cuando la actual alcaldesa, Nadia Álvarez, preguntaba sobre el ejercicio contable de 2001, la mujer de Arévalo, Mercedes Salcedo, que asistía como público, le espetó a su marido «échala, que es una hija de puta». Álvarez replicó cuestionando si era la esposa del alcalde quien mandaba en Carabaña, a lo cual respondió Mercedes saltando sobre la bancada del grupo popular al grito de «¡hija de puta, te voy a arrancar la cabeza!» y «¡tu madre será la que mande!» mientras su marido intentaba calmarla pidiéndole «Merce, por favor, no le pegues».
La trifulca terminó con la concejala popular, Amelia Altares, herida con un esguince en una falange de la mano cuando intentó interponerse entre Salcedo y su compañera, Nadia Álvarez y recibió la agresión de la mujer de Arévalo. Otra concejala del PP, María Luisa Gómez, interpuso una denuncia contra Mercedes Salcedo ante la Guardia Civil.
De Carabaña, al Ayuntamiento de Madrid
Una década de desastres con las cuentas de Carabaña no han tenido coste político para Mariano Arévalo. Es más, tras perder la alcaldía en las pasadas elecciones de mayo, el PSM le reubicó como asesor técnico jurídico en el Ayuntamiento de Madrid. Respecto a la situación de las arcas de Carabaña, Arévalo aseguró que él ha sido quien ha puesto orden en las mismas puesto que fue el anterior secretario interventor, Enrique Zamorano, quien provocó el caos. «De las cuentas de 2001 a 2004 se informó a la comisión en mayo», recordó. Además, Arévalo, que gobernó Carabaña de 1997 a 2011, explicó que, cuando empezó a cuestionar el trabajo de Zamorano, este abandonó el consistorio –en 2007– y fue Hermelinda Pérez quien tomó las riendas de la contabilidad.Asimismo señaló que el uso de una empresa para cuadrar los presupuestos es una práctica común en los ayuntamientos.
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