Desahucio
«Y si lo queman como el Albéniz»
No habían pasado más que un puñado de horas desde el desalojo del Hotel Madrid, cuando los okupas encontraron no uno, sino dos edificios en los que instalarse. En uno de ellos, en la calle Concepción Jerónima, apenas estuvieron unos minutos porque estaba en obras y no les convenció, como tenían para elegir no tuvieron más que andar unos metros y meterse en otra casa, en la calle Tres Peces, mediante el clásico método de la patada a la puerta.
MADRID- Por si esto no fuese suficiente, desde hace unos días irrumpieron en otro inmueble, también en Concepción Jerónima, para apropiarse de vivienda ajenas. Pero no son pisos abandonados o en ruina, sino de nueva construcción, esperando a que sus legítimos propietarios las ocupen. Aún así, los trapicheos habituales para hacerse con agua y luz ya tienen más que preocupados a los vecinos del barrio.
De una casa a otra
«Llevan al menos una semana en el número 11 y es un edificio rehabilitado, listo para vender», explica Rocío, vecina de Duque de Rivas. Según comenta, todo el vecindario está muy preocupado porque si han entrado en dos casas ya en esta calle sin consecuencias «nada les impide colarse en cualquier piso de los que están en venta en el barrio», que es una zona residencial donde viven familias con niños pequeños.
«No sólo tenemos que soportar las manifestaciones que nos bloquean el centro al tráfico, con los consiguientes problemas de aparcamiento, sino que encima se ponen a vivir en tu portal», reclama, y denuncia que hay una sensación de inseguridad porque no saben lo que hacen en el interior de los edificios y los precedentes son aterradores. Cuando entraron en el Hotel Madrid en octubre, varios ladrones aprovecharon para colarse en las casas de los vecinos para robar, y en el Teatro Albéniz, primero inundaron los sótanos y después quemaron varios almacenes.
En la calle Tres Peces directamente utilizaron una escalera para romper un cristal y entrar por la ventana, después de intentar tirar a patadas las puertas de dos edificios de la calle Atocha, a la altura de Antón Martín. Incluso llegaron a entrar en otro inmueble junto a la plaza de Tirso de Molina pero al comprobar que había vecinos viviendo en algunos de los pisos se limitaron a hacer una «okupación simbólica» y colgar carteles de las ventanas de las casas vacías. Y en las redes sociales aseguraban que habían ocupado otro inmueble en la calle Toledo.
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