Mucho más que un bonito biquini

LONDRES- Pongámonos en escena. Un grupo de jóvenes ataviadas con biquinis y flores a lo hawaiano se ponen a bailar el «dale a tu cuerpo alegría Macarena» en medio de la plaza donde la Guardia Real a caballo homenajea cada año a la soberana Isabel II por su cumpleaños. No es la imagen que uno espera encontrarse cuando va a visitar el Big Ben –situado a escasos metros del espectáculo–, pero es lo que tienen los Juegos. Que tan pronto te convierten el este de la ciudad en la zona más «cool», como te montan una playa al lado de los jardines del Palacio de Buckingham.

El público se ha quejado estos días por los espacios vacíos que quedaban en las gradas en la mayoría de competiciones, pero con el voley playa femenino, los organizadores no han tenido que suplicar a nadie que fuera a rellenar huecos. Día tras día, el estadio ocupa hasta el último asiento. Incluso ayer, cuando las españolas Elsa Baquerizo y Liliana Fernández volvieron a ganar, las previsiones de tormenta no desanimaron a los fans.

El cielo estaba encapotado y fuera los caballos se preparaban para el cambio de guardia. Era Londres… y no lo era porque, a pesar de ver la noria y los despachos de Downing Street, el ambiente de la grada te transportaba al sol de L.A.

Comienza la música. Cuando las jugadoras salen a la arena, se escuchan los gritos enloquecidos de los seguidores. En el último momento, el Comité les dice que no hace falta que se pongan el «traje de invierno de licra» porque la lluvia da tregua. El biquini no defrauda a los que han hecho lo imposible por conseguir entrada en la reventa para ver el deporte olímpico más comentado en Twitter.

Igual que hicieran en el primer encuentro ante la pareja holandesa, contra la que tuvieron que levantar un set en contra, la alicantina y la madrileña ganaron 2-0 (22-20 y 21-16) a las argentinas Ana Gallay y María Zonta.

Mucha fiesta, mucha carne, mucho cachondeo. Pero pongámonos serios, señores. La pareja –que ya hace historia al ser la primera que representa a España en unos Juegos Olímpicos en esta modalidad– consiguió el bronce en el último Europeo y está entre las diez mejores en el ranking mundial. Logros conseguidos a base de esfuerzo y muchos viajes pagados de su propio bolsillo para que luego se termine hablando… ¿de su culo? «Entrenamos entre seis y ocho horas diarias, seis días a la semana, por lo que molesta mucho que luego los medios utilicen fotos que no son apropiadas», se lamenta Fernández. «El biquini es por necesidad, no por provocación porque la arena araña si no la piel», añade. «Esperamos que al menos, los que vienen por otras razones al final acaben enganchándose a este deporte, que es muy bonito», dice su compañera.

Harry las vuelve locas
Mañana, las españolas jugarán contra las cabezas de serie del Grupo D, las estadounidenses Jennifer Kessy y April Ross. Mucho antes de llegar a Londres las americanas acosaron «literalmente» al príncipe Harry en Twitter para que fuera a verlas jugar. Y parece que la constancia ha dado sus frutos porque el «royal» –que pone la misma pasión a este deporte que a las fiestas que organiza– ha prometido que acudirá a la final.