Más allá de todo

Nunca, como ahora, se cumple esa frase tan descriptiva de Zapatero: «Como sea». En su obstinación de mantener el poder a toda costa, el presidente del Gobierno está dispuesto a traspasar cualquier hoja de ruta. Su claudicación ante el pulso de José Montilla, se plasmó en un debate de la Nación casi de colegio, perdido en los galimatías de realidades nacionales y preámbulos. Nunca un gobernante se atrevió a acatar y burlar, al mismo tiempo, al máximo garante de la Constitución. Con ello, Zapatero se erige en un político más allá de las Instituciones, de los límites democráticos. Más allá de todo.Porque esto encierra su estrategia de paliar con Leyes Orgánicas en el Congreso lo que un TC, en su mayoría bastante impresentable, ha dictaminado. El tacticismo del acuerdo logrado en el Parlamento de Cataluña sobre su identidad nacional, impulsado por el PSC y generosamente aceptado por CiU, choca con la resolución del Grupo Socialista en la Cámara Baja. Pura esquizofrenia. Pero no importa. El presidente llega a su Comité Federal tan fresco, sin críticas de fondo, dispuesto a inmolar lo que haga falta. Lejos quedan aquellos otros cónclaves con intervenciones de «guerristas», Rodríguez Ibarra o Izquierda Socialista.Zapatero manda con puño de hierro y tiene el poder de las listas. Sólo Montilla y un sector del PSC son capaces de doblegarle. El escenario electoral de Cataluña, la sombra envenenada del Estatut, domina por completo. Cueste, lo que cueste, y le cueste. El presidente ha dicho.