Londres
El «show» de Kevin (86-80)
Durant lidera el triunfo americano ante Argentina con un recital de baloncesto en ataque y defensa. Gran Ginóbili
Barcelona- Cuando Kevin Durant se mira los dedos, no ve ningún anillo de campeón. Claro que al mirar su DNI, uno se da cuenta de que sólo tiene 23 años. Le queda un largo camino por delante que a buen seguro le reserva muchísimos éxitos. Su talento para jugar a baloncesto es inmenso y su juego, sublime. Durant quiere sacarse la espina de haber perdido la última final de la NBA y quiere hacerlo en Londres. Argentina lo comprobó ayer.
La actuación de la estrella de los Thunder resultó clave para el triunfo de Estados Unidos ante los argentinos en el Sant Jordi. Una victoria que no se selló hasta los dos últimos minutos, cuando un triple estratosférico de Durant sentenciaba definitivamente el partido (81-74). Todo lo que pasó antes se puede resumir entre la relajación, con tintes de pasotismo, americana y el pundonor y buen hacer argentino.
Salieron los de Krzyzewski dispuestos a dar el espectáculo que le reclamaban las gradas y en menos de cuatro minutos ya habían anotado 19 puntos sin fallo. Pero no es fácil «bailar» a Argentina, cuyo orgullo no tiene límite. No perdieron nunca la fe los hombres de Julio Lamas, intentando agarrararse al partido a pesar de las diferencias, que llegaron a los veinte puntos en varias fases del partido. La primera vez que se alcanzó esa diferencia (39-19, minuto 13) saltaron las primeras chispas entre dos equipos con muchas cuentas pendientes. Una antideportiva a Chris Paul acabó con varios jugadores enzarzados en el centro de la pista.
La tensión se apoderó del partido y pocos equipos como Argentina manejan esas situaciones tan bien. De los veinte puntos de diferencia se pasó a los cinco (45-40, minuto 20) con un triple de Leo Gutiérrez.
El descanso calmó los ánimos y los americanos volvieron a estar cómodos en el partido, logrando ensanchar de nuevo la diferencia en el marcador. Había llegado el momento para Manu Ginóbili, que respondió a la llamada de socorro de Argentina como lo que es: un auténtico «crack». El jugador de los Spurs asumió toda la responsabilidad y empezó a manejar los tiempos ante la pasividad de los americanos. Forzó un «2+1» a menos de tres minutos para el final que situó el 78-74, obligando a Krzyzewski a devolver a sus mejores jugadores a pista. El balón volvió a las manos de Durant, que sentenció con un triple genial. Muchos apuros para los americanos, a los que mañana les espera España. Ahí es nada.
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