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Paciencia por Manuel Muñoz Hidalgo

La Razón
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Resignación o condescendencia, aceptar una situación provocada por la mala gestión o la poca vergüenza de los que deberían ser más responsables, renunciar a la propia estima, abdicar de los derechos personales, sufrir la ignorancia programada, tolerar el cinismo y la ambigüedad viene a ser lo mismo sin matices.

Duele e indigna la incomodidad que anula la esperanza. Es muy difícil aguantarse con todo lo que imponen sin consenso ni participación popular, aceptar sin disimulo los buenos propósitos de los que han tenido la oportunidad de haber puesto remedio ,nos han engañado y además con la temeridad y la osadía.

Otros problemas reclaman atención con urgencia y por más que se pida a los que entaponan sus oídos para embaucar a la gente con promesas que no piensan cumplir o con repetir al pueblo lo que desea escuchar... objetivo cumplido y tan felices, sin oír de los imprescindibles políticos ni por equivocación que la priori- dad es la cultura, la educación para salir de la ignorancia que fomenta el malestar y la crisis.

¿Qué se puede esperar de los que hacen un monólogo paternalista y se olvidan, intencionadamente, de lo principal: respeto a la inteligencia? A los recortes llaman medidas impopulares y a su doble imagen, a sus elevados sueldos por sus desvelos y cargos oficiales que humillan al resto de la ciudadanía, cómo lo llaman? Camuflan su descarada ambición con promesas. ¡Paciencia...! Nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir. Afirma Don Francisco de Quevedo.