Desempleo juvenil

Será crónica la tasa de paro por José Ramón Pin Arboledas

La Razón
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La cifra es escalofriante. Un mazazo en las expectativas del Gobierno y en la conciencia colectiva de los españoles ¿Estamos condenados a un paro estructural del 20% y a una economía incapaz de crear los puestos de trabajo que necesitamos? Para responder es necesario analizar las causas de la situación e idear las soluciones a aplicar: cómo, cuándo y quién.

Causas del elevado paro estructural español son: 1) legislación laboral rígida que dificulta la contratación indefinida y disuade la inversión en capital humano, pues convierte un empleado en un «pasivo laboral»; 2) Fuerte tendencia de temporalidad laboral que dificulta el aprendizaje y la productividad; 3) Dificultades para la movilidad funcional y geográfica de los trabajadores; 4) Negociación colectiva que dificulta aplicar estratégicamente las relaciones laborales a nivel de empresa; 5) Estructura productiva basada en sectores de poco valor añadido o sujetos a los ciclos económicos, que sobreviven con empleados poco especializados, en precario y temporales; 6) Sectores sensibles ante la competencia, que compiten con costes bajos, precios reducidos y, en consecuencia, poco beneficio; 7) Sectores con poca inversión en I+D+i; 8) Formación profesional bipolar, con grupos de alta calificación y una mayoría insuficientemente entrenada, universidades desconectadas del mundo empresarial e institutos de FP desprestigiados; 9) Falta de espíritu emprendedor; 10) Clase empresarial que, salvo excepciones, no tiene como principal objetivo la creación de trabajo; 11) Sindicatos anclados en una ideología obrerista incoherente con las necesidades de una economía moderna, dependientes de los presupuestos públicos; 12) instituciones financieras con falta de liquidez que dificultan el tráfico mercantil, la creación de empresas y puestos de trabajo; 13) un Sector Público en déficit, que absorbe el poco crédito disponible...

Éstas y otras causas producen una estructura de desempleo que se dispara en épocas de crisis por encima del 20% y un paro friccional (el mínimo compatible con evitar tensiones inflacionarias excesivas) entre el 8% y el 10% en épocas de fuerte crecimiento. Las medidas a aplicar se deducen de las causas antes mencionadas. Se trata de realizar una reforma de la legislación laboral en profundidad, por ejemplo, creando un solo tipo de contrato. Así se evitaría que la diferencia de tratamiento en el despido, y otras circunstancias contractuales, mantengan una situación dual, con unos empleados con contrato indefinido protegidos y otros temporales, en precario. La última medida del Gobierno, permitiendo encadenar contratos temporales durante mucho tiempo, agravará esta tendencia creando una modalidad de contratación esquizofrénica: el temporal-permanente.

Pero, cambiar la legislación laboral es sólo una de las medidas que necesita nuestra economía para crear de puestos de trabajo. Si no se atacan las otras causas, liberalizar el mercado laboral puede que produzca más paro al facilitar los despidos. Un mercado laboral flexible es bueno en una economía dinámica en crecimiento y, por el contra, es socialmente difícil de soportar en otras circunstancias. De ahí la dificultad de realizar una reforma de la legislación laboral en profundidad. El cambio produce riesgo y miedo que puede paralizar. Valentía es una de las condiciones para salir de la crisis. Pero, la valentía sólo es útil si se conjuga con la prudencia de atacar todas las causas de manera coordinada. Para eso es necesaria la participación de todos los agentes sociales, las fuerzas políticas y los ciudadanos en un esfuerzo conjunto en donde los costes sean compartidos y la ilusión también.

¿Que pasaría si no se realizase ese plan? Continuará lo que el mes de septiembre señala como tendencia. La EPA que mide los desempleados reales, sin trucos estadísticos, ha dado casi cinco millones de parados. Aunque se aplique un plan de choque completo, sin parches, es posible que esta cifra se mantenga estable en la EPA de marzo de 2.012 ¿Y luego? Depende de la valentía, combinada con la prudencia, del Gobierno; de que se consiga el impulso colectivo de todos los agentes económicos.

La situación no es fácil, porque la exportación, uno de los pocos motores actuales del PIB, puede entrar en dificultades debido a la amenaza de la recesión que tiene la economía internacional. Además, el resultado del 20 N condicionará el poder del Gobierno y su capacidad de maniobra.

José Ramón Pin Arboledas
Profesor del IESE. Titular de la Cátedra de Gobierno y Liderazgo de la Administración Pública.