Túnez
Critican el flamenco que ofrecieron a Camilla por Jesús MARIÑAS
Dicen que resultó una turistada y que no pasó de algo muy «typical Spanish».
Aunque lo exhibieron en el feudo de Cristina Hoyos, ese Museo del Flamenco acaso demasiado pomposo, los entendidos no comprenden que a la duquesa de Cornualles le pusieran una guajira como plato fuerte de la muestra. ¡Con lo bonitas y lucidas que resultan unas sevillanas bien bailadas! Camilla no es experta y mejor hubieran resuelto con algo menos profundo. Por eso se le achaca cierto mal criterio a quien fue espléndida pareja de Antonio Gades.
El caso es que el sur estaba a 37 grados cuando lo pisaron los herederos ingleses, de ahí que Camilla no soltara la caribeña sombrilla. «Es que no puedo tomar el sol», explicó a un entorno vip con Cayetana en su salsa, Carmen Tello sin Curro, los Moreno de la Coba y Cristina Ibarra, entre otros. Lo bailado y no bailado ante Camilla fue un quiero y no puedo pendiente de que el céntrico Museo pueda ser vendido para que así la Hoyos se quite de encima el crédito de cinco millones que solicitó para montarlo. A pesar de todo, Cristina le regaló un mantón a la Cornualles y la bailaora le lanzó uno turquesa cerca de su asiento. La esposa del príncipe Carlos preguntó si también era para ella y tuvieron que explicarle que no, que tan sólo era un arrebato de entusiasmo. Así que Camilla lo devolvió.
Tras la resaca de la visita inglesa, Sevilla está en vísperas nupciales: por un lado, el enlace de la única hija soltera de Rafael Peralta y Mamen Revuelta; por otro, el de Carla Goyanes, que ya tiene marco para su boda y que no será en la proyectada Marbella, sino cerca de Casares, a 40 kilómetros de la ciudad costasoleña. Mantiene la fecha del 16 de julio y hay cuatrocientos invitados que disfrutarán de la finca Cortesín, lo último de la soleada zona que compite con el Villa Padierna que tanto gustó a Michelle Obama. Tiene 67 habitaciones –algunas de 400 metros cuadrados– y diferentes villas familiares a 1.500 euros. Proyectan quedarse para que la concurrencia exprima las posibilidades del lugar, que tiene olivos centenarios traídos desde Grecia y Túnez. En otra órbita anda Borja Moreno, que por fin logró sentarse en un plató –el de DEC– tras intentarlo desde el pasado enero. ¿Objetivo? hacerse con un preciso dinero gracias a su infeliz relación con Mati Solís, ex duquesa de Huéscar y madre de los niños de Carlos Alba, futuro titular de la dinastía.
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