«El Péndulo» fue revisado poco antes del siniestro por «ruidos extraños»

Faltaban quince minutos para las cuatro de la tarde y unas 4.000 personas gozaban de las instalaciones del parque de atracciones del Tibidabo de Barcelona. Entre el calor y la muchedumbre, los técnicos del recinto se desplazaban hacia la atracción estrella «El Péndulo», ya que habían sido alertados de ruidos extraños. Tras diez minutos de revisión, en la que los expertos probaron la atracción sin público, determinaron que la instalación «estaba en plena capacidad y se podía seguir». Tres horas y media más tarde llegaba la tragedia: la base cedía y la atracción se desplomaba acabando con la vida de una chica de 15 años y tres heridos.Ni la revisión rutinaria a la que se someten cada día la treIntena de atracciones antes de abrir las puertas del parque, ni la última revisión de seguridad realizada por una empresa externa el pasado 9 de junio, ni los extraños ruidos horas antes del accidente evitaron el sábado el fatal suceso en el centenario parque de atracciones, que cerró ayer sus puertas en señal de luto.

Un fallo en el cálculo del pesoDentro del desértico recinto, los investigadores policiales tomaban ayer pruebas para intentar esclarecer lo sucedido. Además de la investigación judicial, la empresa municipal del Parque de Atracciones del Tibidabo S.A. (Patsa) solicitará al Colegio de Ingenieros una investigación externa. De momento, todo parece indicar que la base de la atracción, de 38 metros de altura y 25 toneladas, cedió. «La base de hormigón de "El Péndulo"está en su lugar y no se ha movido aparentemente», explicó ayer la a directora de Patsa, Sara Jaurrieta, quien admitió que «los tornillos que sujetaban el brazo articulado parecían sesgados». Según las últimas informaciones, un fallo en el cálculo del peso que podía soportar los anclajes de la atracción se perfila como una de las principales hipótesis de la caída de la estructura, según explicaron fuentes cercanas al caso. De modo que la caída de la atracción, que llegó de Italia el 26 de julio de 2006, pudo obedecer a que sus anclajes eran insuficientes para soportar el peso del brazo, de donde cuelga la cabina con sus cuatro ocupantes, y con el paso del tiempo acabó por ceder. El montaje de «El Péndulo» necesitó tres días de trabajo y fue llevado a cabo por cinco técnicos italianos y un ingeniero. Sin embargo, que pasara todas las inspecciones sin ninguna incidencia y que se abriera al público a pesar de los extraños ruidos que sometía horas antes, abre muchas incógnitas que ahora los responsables municipales deberán esclarecer.«Se salieron los tornillos de la base de la atracción y se empezó a mover más de lo normal hasta que la base rascó todo el suelo», relataron dos testigos del accidente, Fran y Xavi Navarro de 13 y 15 años que, en la cola, se les cayeron cerca bombillas y hierros de la atracción y tuvieron que esconderse detrás de un panel publicitario. «En el viaje anterior ya se oyó un fuerte ruido, como si el péndulo hubiera tocado algo, pero como terminó sin incidencias nadie pensó que pasaría nada», relataron los dos chicos, amigos del niño herido de 14 años que ha sido ya dado de alta. Los dos hermanos hicieron 50 minutos de cola para experimentar la emoción y la adrenalina de caer al vacío a una velocidad de hasta 100 kilómetros por hora en solamente 2,8 segundos. Sin embargo, antes de su turno, su amigo subió con las tres chicas, ya que había una plaza libre, y ellos vieron todo lo sucedido. Fran, que habló ayer con su amigo, dijo que «no cree lo sucedido».