Zaragoza

Fernando Esteso: «El pleito con Telecinco me costó el ostracismo»

Fernando Esteso: «El pleito con Telecinco me costó el ostracismo»
Fernando Esteso: «El pleito con Telecinco me costó el ostracismo»larazon

Tiene el honor de pertenecer al escaso grupo de cómicos vivos que de verdad han viajado en el carro de la farándula: Fernando Esteso debutó a los dos años y medio en la compañía de variedades de sus padres cantando jotas y pasodobles. A los cuatro ascendió a payaso (era Augusto, el tonto), y, poco después, ya contaba chistes como «anoche se produjo un incendio en el cementerio; no se salvó ni un alma».

–Me imagino que es un tiempo grato de recordar...
–Sí, a veces el mejor recuerdo es el de los tiempos difíciles, cuando iba en la compañía ambulante de mi padre, de pueblo en pueblo, viajando en el tren correo, en bancos corridos de madera. Y de la estación al pueblo, que a veces había un buen trecho, en carro o carreta. Cuando se veía la torre de la iglesia, mi padre nos decía: «Valor, ya llegamos». Fue mi tiempo más feliz.

–Y su gran éxito llega en los 70 y 80, en el cine, junto a Andrés Pajares.
–Bueno, cuando Andrés y yo nos unimos ya habíamos hecho carrera por separado. Yo había protagonizado «Pepito piscinas», que fue un gran éxito, y «Virilidad a la española». Pero, sí, aquella serie de películas con Andrés marcaron una época. La primera, «Los bingueros», arrasó en taquilla.
No es muy binguero Fernando. Una vez sacó un bingo en Zaragoza, su ciudad, y le dio vergüenza cantarlo. Me dice que se lleva bien con Pajares: «Nos queremos; Mari Cielo me llama ‘‘tito Fernando''. Hubo un proyecto para volver a trabajar juntos, pero resultó que los llamados productores no tenían dinero: querían conseguirlo con nuestros nombres para luego hacer la película. A mí me gustaría volver a trabajar con él; es el mejor compañero de viaje que he tenido».

–Algo pasa con las parejas que casi siempre acaban mal...
–Las artísticas son como los matrimonios. Si no hay respeto, cariño y admiración mutua, el «idilio» se acaba. Nosotros fuimos «la extraña pareja»: él, más raro que un perro verde; yo, más raro que un perro azul, ja, ja, ja. Pero nos admirábamos.

–Hicieron muchas películas populares, aunque la crítica les masacraba...
–La crítica hacía lo suyo y nosotros, lo nuestro: hacer reír y llenar cines. Cuando tenía 18 años, un crítico escribió que me dedicara a otra cosa, porque como actor no tenía ningún futuro. Ese día lloré.

–También es cantante humorístico: ahí están «El bellotero» y «La Ramona»...
–Ahora triunfan entre los jóvenes. Hace poco me hicieron un homenaje en Zaragoza, los jóvenes celebraron la noche «Bellotero pop».

–Presentador en Telecinco: la cadena prescindió de usted por «deterioro físico y mental» y acudió a los tribunales...
–Ese pleito me costó el ostracismo. Pleiteas con una cadena y te creas fama de conflictivo. Fue un duro golpe, sobre todo para mi padre y mi madre. Mi padre murió antes de que saliera la sentencia que condenaba a Telecinco.

–Le acusaron de ciertas adicciones...
–No he sido adicto.

–Lo dijeron las lenguas de triple filo y no se defendió...
–He ganado en los tribunales a todos los que se fueron de la lengua, pero no quise entrar en el juego de la exhibición de miserias. Es verdad que no contesté nunca, y quizá algunos creyeron que quien calla, otorga. No es mi caso. En general, creo que mi silencio ha sido valorado. Me he respetado.
Desapareció para hacerse cargo de su madre, muy enferma. Había que buscar un clima benigno para ella y lo encontraron en Mazarrón, donde Fernando puso un restaurante y una promotora inmobiliaria. Su madre murió, la crisis del ladrillo pudo con la inmobiliaria y cerró el restaurante. Ha colaborado en algunas series y ahora graba un programa de homenaje a Gila. Prepara su retorno a los escenarios con una comedia, «Qué movida», en la que además canta. No se arrepiente de nada, porque cree que el arrepentimiento es inútil. Vive en Torrevieja y es mánager de un piloto de Moto2 de 15 años, Rubén Fenoll, que va para campeón, dice. Tiene cerca, en Águilas, a su hija casada, y lejos, a Fernando, que sigue soltero.

–¿De qué tiene nostalgia?
–De la vida familiar, de cuando veía crecer a mis hijos. Ahora vivo solo; mejor dicho, vivo conmigo mismo y no me llevo mal. Creo que la gente me quiere. He pasado a la categoría de entrañable. Veo el futuro con ganas de vivir y no de derrochar la vida. Creo que soy mejor persona que antes. He vivido a mucha velocidad y ahora voy despacio.

–¿Y de qué se ríe?
–De la báscula. Tengo que bajar de peso, pero no veo los números por la tripa. El peso ideal para mi estatura es 37 kilos, pero me conformo con quedarme en 70...
Hoy rezará para que el Zaragoza se quede en Primera.


Haciendo memoria
- Su salto a la fama
«Fue en el 72, cuando canté en TVE ‘‘La Ramona''. Luego llegó el cine, la unión con Andrés Pajares y ‘‘Los bingueros'', que estuvo más tiempo en cartel que ‘‘La guerra de las galaxias''».
- Momento feliz
«El nacimiento de mi hija Arancha; fue especialmente feliz porque llegó después
de que mi mujer (en la imagen), sufriera un aborto».
- Momento triste
«La pérdida de mis padres ha sido lo más doloroso que me ha sucedido en la vida. Gracias a Dios, ambos murieron sin sufrir; todavía les rezo».