Rubalcaba desafía la crítica interna y se atrinchera hasta 2016

MADRID-...Y al tercer día rompió su silencio. Rubalcaba salió ayer del mutismo en el que ha estado desde el batacazo electoral del 21-O. Lo hizo para desafiar a sus críticos con un mensaje nítido que verbalizó de distintos modos. Uno: «Me eligió una mayoría y sólo una mayoría me sacará». Dos: «No me van a quebrar». Tres: «Me eligieron hace ocho meses para elaborar un proyecto alternativo y un mandato y les aseguro que voy a cumplir». Cuatro: «Soy el secretario general del PSOE en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad...». Todo se resume en un titular: seguirá de líder del PSOE hasta 2016. ¿Y de candidato? Ahora no toca, ya se verá. Tan cierto es que aún no lo ha decidido como que la misma noche del domingo, según adelantó ayer este diario, comentó ante su círculo de colaboradores y en conversación telefónica con algún barón que empezaba a tener serias dudas de volver a situar su cara en un cartel electoral. Unos dicen que lo cree firmemente; otros que es una estrategia para ganar tiempo hasta 2014, que es la fecha que maneja oficiosamente la dirección para la convocatoria de primarias, y no 2013, como piden algunos. De momento, lo que está en la agenda del secretario general del PSOE es la elaboración de ese proyecto «alternativo» y no «fabricar un eslogan», afirmó en reproche velado a quienes le cuestionan.

Ochenta minutos de rueda de prensa en la que el líder del PSOE llamó a los suyos a una «reflexión seria, profunda y honesta» antes de negar que en estas 72 horas de silencio se le haya pasado una sola vez por la cabeza presentar su dimisión. Y añadió que además nadie se lo había pedido. Es más, recurrió a su célebre frase «no me van a quebrar» para mostrar su firme decisión de seguir al frente. Acto seguido, desveló que antes de presentarse al congreso que eligió secretario general en febrero se preparó «psicológicamente» para aguantar hasta el final.

Al menos, asumió como secretario general su parte alícuota de responsabilidad en la derrota del domingo, que achacó sin ambages a que los ciudadanos no ven hoy al PSOE como alternativa de Gobierno. Por ello dijo sentirse un «poco desplumado». Sin embargo, no tiene en mente tampoco convertir el próximo Comité Federal en una especie de «moción de censura» sobre su liderazgo. Primero, porque esta figura no está prevista en los estatutos del PSOE y, segundo, porque en la última cita del máximo órgano entre congresos del partido hubo una casi aplastante mayoría a su labor de oposición. Y esto pese a que reconoció que una de las cosas que le han hecho «perder unas cuantas plumas» y han contribuido al debate interno en el PSOE ha sido su línea de oposición, que volvió a defender del siguiente modo: «Pensé y sigo pensando que era bueno que hubiera pactos, si bien creo que el Gobierno, cada día más, achica los espacios de acuerdo».

Recapitulemos: ni dimisión, ni adelanto de primarias, ni moción de confianza, de momento. Subrayamos el «de momento» porque como, dicen en Ferraz, en el Partido Socialista las cosas no pasan en el momento, pese a la ebullición.

El PSC pide 1.500 euros a sus diputados para costear la campaña
El PSC envió una carta a sus diputados en el Congreso y en el Parlamento en la que les pedía una aportación de 1.500 euros para costear la campaña del partido para las elecciones catalanas de noviembre, según Ep.
La misiva está firmada por el secretario de Organización del PSC y jefe de la campaña, Daniel Fernández, que pide esta aportación extra alegando a la "complicada situación económica"del partido».
«No hace falta que os explique lo que nos jugamos» en estos comicios, explicó Fernández en la carta, y aseguró que las elecciones de noviembre son determinantes tanto para Cataluña como para el socialismo catalán.
Los socialistas argumentan además que el adelanto electoral ha causado un gran vacío y no ha permitido que el partido se «rehaga económicamente» de las dos contiendas electorales de 2011: las elecciones municipales que se celebraron en mayo y las generales de noviembre.