Castilla y León

El Kleenex de la Universidad por Pedro Damián DE DIEGO

La Razón
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Existe una figura docente, la del profesor asociado, que estos días asiste a su propio entierro en Castilla y León, sin que aparentemente a nadie le importe un comino. Solamente en la Universidad de Valladolid se irán al garete alrededor del 90 por ciento de los 600 que tiene contratados, por obra y gracia de una decisión, despiadada y sin contemplaciones, de sus órganos de gobierno. Dando una patada en el trasero a los más vulnerables y a los que, en muchos casos, han llevado a las aulas su saber y su experiencia por cuatro perras, la Universidad pública ahonda en su endogamia, uno de sus principales defectos, para tratar de proteger y perpetuar a los funcionarios y a los que detentan oficialmente la condición de meritorios.

La Ley Orgánica de Universidades define a los asociados como «especialistas de reconocida competencia, que acrediten ejercer su actividad fuera del ámbito universitario» y que se sumen a la Universidad para aportar «el conocimiento y la experiencia» adquiridos en el sector productivo, bien sea la industria, la sanidad o el periodismo, por poner algunos ejemplos.

En algunas titulaciones nuevas, como Periodismo, muchos hicieron un derroche de generosidad y entrega para, en tiempo récord y sin cuerpo docente propio, poner en marcha carreras que se van consolidando con buenos resultados, en buena parte gracias a la visión profesional y a la conexión con la realidad de los ahora sacrificados. Y ahora, en pago a su esfuerzo personal, la Universidad les aplica a bocajarro la teoría del kleenex: usar y tirar. Yo, mis queridos lectores, soy uno de ellos.