Comunidad de Madrid

«Cuando adoptamos a Flecha era recelosa hoy es una más de la familia»

Pedro, su dueño, es un ejemplo de cómo y por qué dar una segunda oportunidad a una mascota 

«Cuando adoptamos a Flecha era recelosa, hoy es una más de la familia»
«Cuando adoptamos a Flecha era recelosa, hoy es una más de la familia»larazon

Cuando uno decide que quiere tener un animal de compañía, lo primero que tiene que hacer es pensar si se trata de un capricho, si tiene tiempo para estar con él, sacarlo a la calle y después decidir si prefiere pagar o dar una oportunidad a una mascota cuyos anteriores dueños no tuvieron ningún reparo en abandonarla. Esta opción es la que tomaron Pedro y su pareja. Tras un año pensando en adoptar una perra, en julio se decidieron. Pedro había logrado tener unos horarios más fijos en su trabajo, así que la pareja ya estaba preparada para dar este paso. Tenían tiempo para estar con ella, jugar, enseñarla y cuidarla.
Fueron al Centro Integral de Acogida de Animales de la Comunidad de Madrid, en Colmenar Viejo. Querían que fuera perra, porque sus amigos les habían dicho que era más fácil, que no fuera un cachorro y no les importaba la raza. Una vez allí, al ver a Flecha no quisieron ver a ninguna más. «Nos dejaron dar un paseo con ella, y vimos que tenía tan buen carácter que supimos que era ella», relata Pedro. «No pregunté qué le había sucedido para acabar allí –continúa–, porque vi que no tenía miedo. Hoy es un miembro más de la familia, ya somos tres», dice sonriente.


Pedro explica que cuando adoptó en julio a Flecha no pudieron llevársela al instante: «Tiene que pasar unas pruebas médicas primero, y hay que firmar una especie de contrato que dice dónde va a vivir y si tendrá espacio. Cuando adoptas a un animal de compañía es obligatorio castrarlo. Flecha ya lo estaba, por lo que no tuvimos que esperar tanto tiempo»,
Una vez en casa, «Flecha, al principio, las dos primeras semanas sobre todo, era recelosa, comía mal. Pero hoy está más contenta y aprende mucho. Hemos tenido mucha suerte con ella», asegura Pedro mientras tiene a la perra «espanzurrada» sobre la alfombra de su casa.
Este año ninguno de los tres se ha ido de vacaciones. Pero «estamos mirando campings y hoteles para irnos los tres juntos el próximo año», asegura. Por cierto, que Pedro no cree que la maltrataran. «Es mestiza, tiene algo de perro de caza, pero no sabría decir de cuál. Lo que sí tiene es una obsesión con los pájaros», añade.

Aumentan las adopciones
Pedro y su pareja no son los únicos que han tomado esta decisión. En la Comunidad de Madrid las adopciones de animales han aumentado un 11 por ciento en la última Legislatura, un área en la que trabaja la región, a través de la Consejería de Medio Ambiente. De hecho, desde 2005, los madrileños han acogido a 38.200 mascotas abandonadas.