Japón interviene en el mercado de divisas para debilitar el yen

El ministro evitó comentar el montante de la operación, que se produjo después de que el yen se intercambiara con el dólar de EEUU en un máximo histórico de 75,32 yenes, informó la agencia Kyodo.

Tras la operación, la segunda de este tipo desde el pasado agosto, el yen bajó hasta la banda media de las 78 unidades en el mercado de Tokio.

Desde el 21 de octubre, el dólar ha renovado en cinco ocasiones su nivel más bajo con respecto al yen desde la II Guerra Mundial, la última de ellas la semana pasada, cuando llegó a intercambiarse a 75,67 yenes en Wall Street.

A primera hora de hoy, en la apertura del parqué tokiota, la divisa japonesa, considerada una moneda refugio en momentos de incertidumbre económica, cotizó en la banda alta de los 75 yenes, prácticamente en el mismo nivel que en Nueva York el viernes pasado.

Tanto el Gobierno como el Banco de Japón (BOJ) han vigilado de cerca los últimos movimientos del mercado de divisas y han reiterado que Japón intervendría para debilitar el yen cuando lo consideren necesario para detener los "movimientos especulativos"que aprecian su divisa.

La fortaleza del yen frente al euro y el dólar de EEUU perjudica seriamente a las compañías exportadoras de Japón, uno de los pilares de la economía, que pierden competitividad y beneficios en el exterior.

El Gobierno anunció la semana pasada un plan para ayudar a los grandes fabricantes de unos 500.000 millones de yenes (unos 4.663 millones de euros) en subsidios a las compañías que abran nuevas plantas dentro del archipiélago.

El dólar estadounidense no es la única divisa que mantiene en jaque a Japón ya que el euro también registra niveles muy bajos después de haber alcanzado a primeros de mes el cambio de 100,96 unidades en el parqué estadounidense, su nivel más bajo en diez años, aunque hoy se encuentre en Tokio en la banda baja de los 107 yenes.

La última intervención de las autoridades monetarias japonesas en los mercados de divisas se realizó en agosto, cuando vendieron 4,51 billones de yenes (unos 42.060 millones de euros) en un intento de debilitar su moneda frente al dólar.