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Llegó la calma por Julián García Candau

La Razón
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Después de la tempestad era precisa la calma. El Madrid necesitaba reivindicarse ante su parroquia. Tras los empates con Málaga y Villarreal necesitaba un resultado balsámico. La Real Sociedad, nada parecida a la de antaño, era ocasión propicia y obvia para enmendar la plana de días pasados. La goleada llegó casi sin grandes esfuerzos. Al equipo le bastaba el pase largo a espaldas de la zaga donostiarra para que a la contra llegaran los tantos. El de Xabi Prieto, en colaboración con Ramos, sólo fue un descuido.

Ganó el Barcelona en Mallorca con diez jugadores, por expulsión de Thiago, y ello no causó la menor presión a los jugadores madridistas. Éstos salieron a todo gas para que no hubiera dudas, para no crear la mínima incertidumbre, porque ya se sabe que en el Bernabéu, si además de juego en ocasiones poco brillantes el resultado no es contundente, salen los descontentos a silbar. El Bernabéu está acostumbrado a vivir tardes de gloria y no se contenta con los planteamientos de Mourinho, que en cuanto cobra ventaja en el marcador amarra.

La alineación conjunta de Higuaín y Benzema dio alegría al ataque. El francés, no sólo jugó bien sino que aprovechó las ocasiones para marcar. El encuentro no fue para levantar entusiasmos indescriptibles, pero con goles los defectos son menos. El Madrid no necesitó echar el resto.

En vísperas de Liga de Campeones, el equipo madrileño pudo haber prescindido de algún jugador por evitar posibles lesiones y Mourinho recurrió a los cambios con el 5-1. El técnico dio nueva oportunidad a Coentrao y el Bernabéu conoció de cerca de Sahin. El brindis al sol fue la salida de Jesé.

Posdata. Todos los futbolistas no son iguales ante la Ley del Comité de Competición. Algunos son más iguales que otros.