Zapatero presume de haber elevado el gasto en desempleo

 Faltaba una hora para que comenzara el mitin de final de campaña del PSC y la música sonaba de forma ensordecedora en el Palau de Sant Jordi de Barcelona. Los socialistas querían enardecer los ánimos del personal y no dudaron en recurrir a los mismos trucos de Guardiola para motivar a su equipo. Sonó el «Viva la vida», de Cold play, y se proyectó un vídeo de «Gladiator» mezclado con declaraciones de los dirigentes socialistas («La vida me ha enseñado que quien no sabe perder, no sabe ganar», de Felipe González). El recital musical fue constante hasta que el PSC se dio por satisfecho con las 20.000 personas que prácticamente llenaron el Sant Jordi.

Los socialistas catalanes echaron ayer el resto para demostrar que al menos piensan morir de pie y no arrodillados en las urnas. Echaron mano incluso de la incombustible Rosa Maria Sardà para conducir el mitin y para dar la palabra al alcalde Hereu y al ex presidente González, sin duda el más aplaudido, aunque la estrella debía ser el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, encargado de clausurar el acto. Zapatero quiso sacar brillo a sus políticas sociales y acabó por presumir de que su Ejecutivo ha aumentado el gasto por desempleo. Así quiso poner de relieve su sensibilidad con los desfavorecidos y contraponerla a los recortes de la derecha.

El presidente también exhibió la financiación de Cataluña como un trofeo del candidato del PSC, José Montilla, y auguró: «Nunca se mejorará. No lo hará CiU y menos el PP». Vino a decir, por tanto, que el esquema de socialistas en Barcelona y Madrid es imbatible y acabó pidiendo el voto para Montilla. «Yo le votaría convencido, tranquilo y alegre», dijo.

Menos benevolente fue González: «Quiero que ganes y, si no, que hagas una oposición constructiva para salir de la crisis».

La expectativa de una derrota socialista este domingo ha presidido toda la campaña de Montilla, quien no ha tenido más remedio que recurrir a todos los pesos pesados del PS OE para evitar una caída libre. Ayer, con su discurso, intentó que la izquierda sociológica se alce para frenar a sus adversarios. «Hay un tsunami conservador que recorre toda Europa. ¿Y qué vamos a hacer? ¿Huir? No, yo os propongo que levantemos un espigón alto y fuerte, un muro resistente de votos catalanistas, socialistas y progresistas, para detener este tsunami de la derecha catalana y española», pidió.