Japón

Masako ya no está triste

La esposa del heredero Naruhito reapareció para celebrar el 77 cumpleaños del emperador

Aiko, abandonó las clases a principios de marzo porque sufría acoso escolar. La pequeña se quejaba de dolores estomacales.
Aiko, abandonó las clases a principios de marzo porque sufría acoso escolar. La pequeña se quejaba de dolores estomacales.larazon

El emperador Akihito de Japón cumplió 77 años el jueves y, aunque no se la esperaba, «la princesa triste» apareció. Masako lleva más de seis años encerrada en el Palacio Imperial. No acompaña a su marido a los actos oficiales y no se la ve apenas en público.

Padece un «desajuste emocional», comunicaba la Casa Imperial de Japón en junio de 2004. Era la explicación oficial a la ausencia de la princesa a uno de los actos de su esposo, el príncipe heredero Naruhito. Sufre estrés «a causa de su estatus de heredera, problemas relacionados con su embarazo y aborto, y con su ritmo de vida. Tiene dificultades para delimitar su vida pública y la privada», concluía el documento oficial. Cuatro años después, en noviembre de 2008, participó en la ceremonia de bienvenida a los Reyes de España. Por primera vez en cuatro años salía de su reclusión, aunque se mostró esquiva durante los actos, evitó hablar con los medios y huyó de los «flashes». «Quiero continuar con mis esfuerzos para recuperarme con la ayuda de las personas que me rodean», apuntó ese día Masako, que sólo tiene una hija con Naruhito, Aiko, de nueve años.

Afirma que la enfermedad que arrastra la princesa es la consecuencia de la extrema rigidez de la monarquía más antigua del mundo y de la presión que el pueblo ejerce sobre ella para que tenga un varón. Su relación con el heredero comenzó como muchas de las historias de amor que hoy abundan en las monarquías europeas. Ella era una diplomática políglota con estudios en Harvard y Oxford que en 1993 aceptó el compromiso con el heredero de la casa imperial nipona. La boda, ese mismo año, suscitó la alegría del pueblo, que veía en Masako a una mujer formada y discreta, pero la presión pudo con ella. Es el arquetipo de la mujer japonesa del siglo XXI: emancipada y soltera hasta casi los treinta años, era lo opuesto al ideal de una monarquía con 2.600 años de antigüedad. Ella quería modernizar su sociedad, ser la Lady Di japonesa, pero sus esfuerzos han caído en saco roto y la han «borrado» de los grandes acontecimientos. Así , no estuvo en las bodas reales que se han celebrado en los últimos años. La última, la de Victoria de Suecia, a la que su esposo asistió solo.


Su suegra perdió la voz
«La princesa triste», como la llama la Prensa extranjera, no es la primera dama de la corte en sufrir ansiedad, su suegra, Michiko, también conoció el «estrés imperial», que la hizo perder la voz durante varios meses en 1993. La esposa del actual emperador suscitó la ira de los más tradicionalistas, ya que intentó dar un aire más humano a la dinastía. Fue la primera en enseñar la vida palaciega al pueblo: mostró a los japoneses cómo educaba a sus hijos. Su acercamiento no gustó y jugó en su contra, porque sus críticos pasaron a calificar su labor de «sistema imperial para revistas».


Acoso escolar
Masako cumplió 47 años hace unos días y reconoció que, al margen de sus problemas psicológicos, se sentía «aliviada» porque su hija ha regresado al colegio. Aiko, abandonó las clases a principios de marzo porque sufría acoso escolar. La pequeña se quejaba de dolores estomacales.