País Vasco
Batasuna advierte de que el final de ETA está lejos
«Todavía estamos lejos de un escenario sin violencia (sin ETA)». La afirmación está contenida en un documento interno de Batasuna elaborado en la segunda quincena de julio, al que ha tenido acceso LA RAZÓN. El texto confirma las últimas declaraciones de dirigentes de Bildu, que condicionan el alto el fuego de ETA a una negociación con el Gobierno. La tregua es puramente coyuntural.
Batasuna la utiliza en beneficio propio, hasta el punto de recordarle al presidente del Gobierno vasco, Patxi López, que ahora hay personas que han dejado de sentirse amenazadas y perseguidas. Y que les pregunte, entre ellos a los miembros del PSE que han renunciado a la escolta, si les da igual que la banda «utilice la violencia, o no». Todo un chantaje.
Otegi y Sortu
Los proetarras unen la posible absolución de Arnaldo Otegi en el «caso Bateragune» con la legalización de Sortu, pendiente del Tribunal Constitucional. «Escenificaría –dicen– el fin de los juicios políticos. Nos situaría ante las puertas de un escenario donde los derechos civiles y políticos de toda la ciudadanía de Euskal Herria serían reconocidos y respetados. Por eso, por encima de una frase u otra mencionada en un momento concreto ante una jueza española, a nivel político es muy importante la absolución de las personas imputadas».
El asunto de los presos también es abordado en el documento, hasta el punto de sugerir que el Tribunal Constitucional podría apoyar el «proceso» con la derogación de la «doctrina Parot»; o hacerlo el Gobierno con un decreto hasta lograr una amnistía.
Batasuna confirma algo que ya se sabe: «El proceso no está en el kilómetro cero. Ya hemos hecho unos kilómetros en este proceso». Tras el alto el fuego de ETA, su brazo político considera que deben ser el Gobierno y la Justicia los que den «nuevos pasos»: «Ya va siendo hora de que la otra parte vaya avanzando metros, ya es hora de dejar de estar parado, ya es hora de dejar de poner obstáculos». «Finalizar –agrega– con las condenas de por vida sería un buen inicio. Dejar en libertad a las presas y presos enfermos, también; y reunir a todos y todas las presas políticas vascas en cárceles de Euskal Herria, para que puedan participar en el proceso». «Con apoyo del Tribunal Constitucional o mediante decreto del Gobierno, es hora de empezar a moverse, ya es hora de poner las primeras bases para la amnistía», subraya.
Una vez fagocitados Eusko Alkartasuna y Alternatiba (los otros dos partidos de Bildu), y encauzada la estrategia para hacer lo mismo con Aralar (a la que acusan de «bipolar», por decir una cosa por la mañana y otra por la tarde), el gran objetivo de Batasuna es el Partido Nacionalista Vasco, al que pretenden sustituir como fuerza hegemónica en el País Vasco. Por eso trata de poner al descubierto su estrategia. En el documento, señala que Urkullu (presidente del PNV) ha «preparado una hoja de ruta, sencilla y fácil de entender para recuperar el poder en la Comunidad Autónoma Vasca».
«Necesita –agrega– un Gobierno débil en Madrid, que le dé Ajuria Enea –PP o PSOE, pero ni uno ni otro con mayoría absoluta– y Sortu (o Bildu) para garantizar aritméticamente el resultado. En la hoja de ruta de Urkullu, ETA desaparece, el Gobierno soluciona la situación de los presos y presas; y ellos, con el beneplácito del Gobierno de Madrid, hacen un nuevo estatuto».
Los proetarras reconocen el papel de Urkullu frente a la debilidad de Joseba Eguibar. «Nadie se enfrentará a él (Urkullu) en un proceso interno. Después de recibir la negativa de Ibarreche, Eguibar está totalmente solo, y después de los resultados electorales en Guipúzcoa y Álava, su sector más débil que nunca».
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