Barcelona

Hereu

La Razón
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En uno de sus últimos viajes a Madrid como presidente de la Generalitat, Jordi Pujol dijo que había llegado tarde a una cita en la capital de España porque el tráfico de esta ciudad era caótico. El pasado miércoles ocurrió algo parecido con otro Jordi, en este caso de apellido Hereu y en su calidad de alcalde de Barcelona. Vino a dar una conferencia y aprovechó para arrearle a esta ciudad por la deuda. El señor Hereu no se ha enterado de que Madrid no ha pedido que nadie la rescate, ha pedido que la dejen refinanciar su deuda. Fue más lejos, y dijo que si Madrid quiere más dinero –¡y dale!– que suba los impuestos, como hizo Barcelona en 1993. No ha caído en la cuenta de que por aquel lejano 1993 no existía la crisis, que Barcelona acababa de celebrar unos Juegos Olímpicos donde el Estado se había volcado para dotarla de infraestructuras y por lo tanto no tenía necesidad de invertir un solo duro, y a pesar de ello, subió los impuestos. No puede hablar de la deuda de Madrid, superior sin duda a la de Barcelona, porque es capital de España, y como tal presta servicios sin recibir ninguna compensación a cambio. Lo que se ha gastado Madrid está a la vista, sin ayuda de los Presupuestos Generales del Estado. Parece mentira que en esto de la pela, un catalán como señor Hereu no sepa distinguir entre «pedigüeñear» y pedir que dejen refinanciar la deuda.