Pekín
Fukushima le pasa factura al primer ministro japonés
El primer ministro de Japón, Naoto Kan, visitó hoy Rikuzentakata, una localidad de unos 25.000 habitantes que quedó barrida por el tsunami del 11 de marzo, donde se reunió con los evacuados para transmitirles el respaldo del Gobierno.
"Quiero que luchéis con la convicción de que no podéis perder esta batalla de ningún modo". El primer ministro japonés, Naoto Kan, arengó ayer a los bomberos y trabajadores de la Compañía Eléctrica de Tokio (Tepco) que se esfuerzan por contener la crisis nuclear en la central de Fukushima. Entallado en un mono de trabajo azul y a bordo de un helicóptero, el político se dejó caer por las zonas afectadas por el tsunami.
En una primera parada, paseó, visitó supervivientes y se hizo varias fotos por lo que queda de Rikuzentakata, uno de los pueblos más azotados, donde casi un 80 por ciento de los edificios quedaron bajo el agua. Acto seguido, se dirigió a unas instalaciones deportivas situadas a 20 kilómetros de la planta nuclear, un lugar reconvertido en centro de operaciones y de descanso para los trabajadores que intentan poner freno a la fuga radiactiva.
Aunque algunos medios insistían ayer en que se trataba de la primera visita de Naoto Kan al noroeste arrasado de Japón y a las inmediaciones de Fukushima, lo cierto es que el primer ministro acudía a la zona de los hechos por segunda vez. Un día después del terremoto, el 12 de marzo, Kan acudió en helicóptero a la central dañada, en un viaje relámpago que pasó desapercibido en un primer momento y que, después, fue muy criticado por la oposición.
Se acusó al primer ministro de acudir para hacerse la foto, sin pararse a pensar que estaba obstaculizando las labores de reparación con el protocolo que exigía su presencia. Lo cierto es que las críticas sobre su gestión de la emergencia han ido en aumento en los últimos días.
La oposición y un sector de la prensa le acusan de no haber sabido reaccionar ante el peor accidente nuclear desde Chernobil y de haber contemporizado demasiado pensando que Tepco podría estabilizar rápidamente los reactores dañados. Ajeno a todo ello, ayer entonó un discurso patriótico. "De vuestra lucha depende el destino de Japón. Tenemos que trabajar duro hasta que alcancemos un punto en el que podamos decir que hemos superado el desastre causado por el terremoto y el tsunami", pidió.
En Rikuzentakata, un lugar al que sí acudía por primera vez, no fue acogido precisamente con una calurosa bienvenida. "Me pregunto cómo puede plantarse delante de las víctimas. Hay refugios sin electricidad, ni agua. Mucha gente no ha podido ni siquiera buscar los cuerpos. Quiero que el primer ministro se fije en estas cosas", se quejaba en declaraciones a la agencia Kyodo Kazuo Sato, un pescador de 45 años.
Grieta de 20 centímetros
Mientras tanto, ingenieros de Tepco confirmaban ayer a la television pública NHK una filtración procedente del reactor 2 de la central. Al parecer, el agua radiactiva llega hasta el mar a través de una grieta de unos 20 centímetros en el muro de una fosa próxima al reactor. Tras detectar el problema y a fin de contener la filtración, se dijo que se vertirá cemento. ??Las fuentes de Tepco consultadas por NHK indicaron también que en ese lugar los niveles de radiactividad han superado con creces los 1.000 milisievert por hora.
Las operaciones para contener la filtración se suman a los esfuerzos por drenar los charcos de agua altamente radiactiva en varias zonas de las unidades 1, 2 y 3, que dificultan las tareas para restaurar la refrigeración de los reactores.
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