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El mito que resiste el paso del tiempo
MADRID- Si hay algún vehículo todoterreno que represente una referencia en este especializado mercado, éste es sin duda el Wrangler de Jeep. Heredero natural del Willis, que asombró a los miembros del Ejército americano y a sus enemigos, durante la Segunda Guerra Mundial y marcó una tendencia hasta el punto de que, durante muchas décadas, a cualquier todoterreno se le llamaba Jeep, desplazando así al resto de las marcas comerciales. Afortunadamente la mejor tradición continúa y el Wrangler ha ido evolucionando para, sin perder nada de su efectividad, hacerse mucho más atractivo y cómodo de funcionamiento.
Este icono se ha convertido ya en un objeto de colección para los amantes del fuera de carretera y la marca está sacando a la venta series especiales para personalizar aún más la elección del modelo y así incrementar su exclusividad. Las últimas ideas puestas en marcha por esta firma americana, hoy en manos del grupo Fiat, son las versiones Mountain y Arctic. La primera de ellas estará disponible a partir del mes de junio y no pasará desapercibida debido a los llamativos colores de su carrocería, en tonos casi fluorescentes. Más acertada nos parece la alternativa Arctic, ya disponible, pensada para una minoría que busca algo diferente al resto de la serie. Y muy exclusiva, ya que sólo se venderán en nuestro país noventa ejemplares. Sus características mecánicas son similares a las del resto de sus hermanos de gama, y las diferencias las podemos ver sobre todo en el apartado estético.
No varía, por tanto, su parte mecánica, confiada a un bloque diésel de 2,8 litros que desarrolla una potencia de 200 caballos y, lo que es más importante para andar por el monte, con un par a 1.600 vueltas. Es decir, tiene una elasticidad asombrosa y un sistema que, cuando se cala el motor ante alguna dificultad del terreno –por entrar en un barrizal o no llevar suficiente fuerza para superar un obstáculo–, se vuelve a poner en marcha de manera automática. Una planta motriz que se comporta muy bien en carreteras de asfalto, ya que cuenta con una aceleración desde parado en unos diez segundos y medio y alcanza una velocidad máxima por encima de los 170 por hora y con unos consumos medios del orden de los ocho litros. Las cajas de cambios disponibles son la manual de seis marchas o la automática de cinco velocidades. Por otra parte, se nota una mejora en la comodidad de las suspensiones y en el aislamiento respecto a los ruidos externos, con lo que los viajes son más agradables.
Como de costumbre, esta versión está disponible con las carrocerías de tres y cinco puertas, siempre con techo duro, y se ofrece con dos colores peronalizados, gris plata o blanco, muy atractivos. Exteriormente podemos identificarlo, además de por algunos símbolos, por sus llantas negras de aluminio de 17 pulgadas. En el interior, presenta asientos de cuero muy cuidados y piezas blancas en la zona del cambio, del salpicadero y en los relojes de control. Los precios finales, según la carrocería y el cambio elegidos, oscilan entre los 35.100 y los 39.300 euros.
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