Humana solución

Y, sólo como consecuencia de ello, es económica. Lo que está en recesión es el hombre. Por eso únicamente si aplicamos soluciones humanas saldremos de esto. No hay más que abrir un poco los ojos para ver que, cuando los hombres nos comportamos como ganado, lo único que queremos es pasto. Miseria que algunos saben manejar muy bien. Por eso es tan decisivo para transformar las cosas un cambio de actitudes personales. Lo primero que deberíamos considerar es que hay otras formas de trabajar y de vivir, más allá de esa especie de ilusión de progreso y falso bienestar basado, esencialmente, en el endeudamiento. Frente a la ambición desmedida y la moral corrompida por la codicia, sólo vale juntar esfuerzo y honradez. No hay mejor método para progresar. Pero cuando se confunde lo justo y lo injusto, la ignorancia y el saber, la verdad y la mentira, la virtud y el crimen, los malos créditos con buenas inversiones, es normal que la ruina se generalice. Que se abra paso el listillo, que triunfen los paraísos fiscales; la apatía y la desilusión. La pregunta es ¿cómo frenar este declive? Y sólo una la respuesta. Podemos ir a donde queramos y no a donde nos quieran llevar. Es posible. Podemos hacerlo. Merece la pena conseguirlo. Pero la solución no es económica. Es humana.