Crítica de libros
Síndrome de «hasta aquí hemos llegado» por José CABRERA
Cada vez que alguien me habla de la sociedad del bienestar, francamente, se me ponen los pelos de punta. Y, sobre todo, cada vez que en esta «sociedad» ocurre algo trágico como lo de Olot y alguien dice: «Era raro», «se venía venir», «nos lo temíamos», aún se me ponen los pelos más de punta.
En el caso de Olot un hombre del que decían que era «solitario», pero que no lo era porque tenía muchos amigos, que a veces se vestía como si fuera un «sheriff» (¿y qué? ¿Cuántas personas no tienen sus propias extrañezas?), que vestía con jersey de camuflaje, como muchísimos obreros y contratistas, y que decía: «Un día los voy a matar», como tanta y tanta gente lo dice a diario, cogió su rifle y, a disparo por persona con muerte certera, acabó con quienes le debían «su dinero», y con los «responsables del banco» que le desestimaron un talón sin fondos. Y luego se entregó tan tranquilo.
Y ahora la sociedad necesita que un psiquiatra salga al foro y diga que el hombre presentaba tal trastorno, tal dolencia o algún trauma de la infancia porque si no va a ser muy difícil digerir la posibilidad de que esto pueda volver a ocurrir, y de paso acallamos una realidad que está en la calle: estamos en una de las peores crisis económicas de España en las últimas décadas.
Pues va a ser que no, que se puede matar por desesperación, por venganza, por odio, o por tantas motivaciones no patológicas, y que si se superan nuestros límites y todos tenemos algún límite, la conducta puede jugarnos una mala pasada.
Va a ser muy difícil que los forenses encuentren patología en este caso trágico, quizás algo de inmadurez, rasgos de impulsividad, vivencias agresivas o cosas semejantes, pero lo seguro es que nos ronda en la cabeza la duda: ¿Si no se le hubiera presentado esta situación límite, este hombre hubiera actuado igual?
José CABRERA
Psiquiatra forense
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