Habitación en el meollo de Dublín

Dublín brinda tanto y tan variado que resulta prácticamente imposible sintetizar en unos pocos renglones todo cuanto ofrece. El inconfundible y dinámico barrio de Temple Bar, la prestigiosa universidad de Trinity College, su «río» y los célebres puentes que lo cruzan, los recuerdos de James Joyce, la vanguardia arquitectónica de los edificios y construcciones de Dockland, la inmensidad del mayor parque urbano de Europa (Phoenix Park), la concurrida O`Connell Street, la obligada y siempre agradable visita a la fábrica de cerveza Guinness, la catedral de San Patricio, etc., etc. son algunos de las muchos tesoros que esperan al visitante. Pero tanto ajetreo necesita un lugar apropiado para descansar, para reponer fuerzas. Para ello, nada mejor que The Morrison hotel. Céntricamente situado (prácticamente podemos ir a pie a la mayoría de los rincones turísticos de la ciudad), junto al río Liffey, este hotel es un emblema en la ciudad. Hablar del Morrison es encontrase con una atmósfera de lujo, tranquilidad y diseño en pleno corazón dublinés. Bajo la supervisión del famoso diseñador John Rocha se ha conseguido obtener este referente que no pasa desapercibido para quien tiene la suerte de pernoctar en sus habitaciones.Morrison es sinónimo de tranquilidad, de excepcional servicio, de esmerada atención y, desde luego, de un trato casi familiar. Es también el marco ideal para celebrar conferencias, presentaciones, coloquios y eventos, debido a una innegable versatilidad que le permite atender cualquier requerimiento. Si algo se puede decir de él es que tiene personalidad propia y definida. Sus decoraciones minimalistas, sus originales esculturas y la profusión de espejos hacen de este alojamiento un lugar especial y único.Un pequeño consejo: no se vaya sin probar sus maravillosos desayunos. Hágame caso; lo recordará como otro «hito» de su viaje a Irlanda.