París

Fuera mendigos de los Campos Elíseos

En cuestión de meses se han hecho los amos de la calle y convertido los Campos Elíseos en una avenida en donde cada vez se antoja más difícil pasearse sin tener la mano pegada a la cartera o el móvil a buen recaudo.

Sarkozy saluda a guardias de la prisión de Reau, cerca de París, ayer
Sarkozy saluda a guardias de la prisión de Reau, cerca de París, ayerlarazon

Apenas perceptibles hace unos años, las mafias de gitanos rumanos se han implantado en la capital gala utilizando en muchos casos a menores adiestrados, que actúan en grupos fingiendo mendigar para cometer delitos como robos callejeros o venta ilegal. A partir de hoy la mendicidad en esta gran arteria está prohibida y sancionada con una multa de 38 euros. La excepcional medida decretada esta semana por el ministro del Interior durará seis meses y busca acabar con un fenómeno cuyas víctimas son comerciantes y clientes, pero también la imagen exterior del país.

El recrudecimiento de actos delictivos cometidos por personas de esta etnia ha llevado al Gobierno de Sarkozy a recurrir a la mano dura, justo un año después de la cruzada emprendida por el presidente francés contra los campamentos de gitanos instalados ilegalmente. Uno de cada diez delincuentes presentados ante la Justicia en la capital francesa tenía esta nacionalidad. En la región de París, las cifras son igualmente inquietantes. La delincuencia de origen rumano ha crecido un 72% durante el primer semestre del año. Un problema que ha dejado de ser algo residual para convertirse en prioridad del Ministerio del Interior. «Esto ya no puede seguir así. Vamos a ir a por todas», clamaba esta semana el ministro Claude Gueant, quien reconoce que la mitad de los detenidos rumanos tenían entre 12 y 13 años.

Por eso, la medida estrella, y también la más controvertida de su plan, consiste en reenviar a su país a los menores infractores, que serán expulsados junto a sus padres si éstos viven en Francia. En caso de que no posean familia, serán entregados a los servicios sociales. Para facilitar el trámite, un magistrado rumano servirá de enlace en París, donde entrará también en funcionamiento un equipo de policías rumanos encargados de llegar al corazón de estas redes. Asociaciones de protección de la infancia denuncian la «ineficacia» de estas medidas y aseguran que la repatriación de menores es «un fracaso casi sistemático» en la mayoría de las ocasiones porque pone en peligro la evolución de estos jóvenes