Cataluña
El PSC apuesta ahora por el «derecho a decidir»
Defiende que los catalanes voten en un referéndum legal la revisión de las relaciones con el resto de España
BARCELONA- La eclosión del debate soberanista en Cataluña ha cogido con el pie cambiado al PSC, que ha optado por adoptar una alambicada propuesta con un doble objetivo: evitar la fractura del partido y no defraudar a las bolsas de electores que no ven con malos ojos la convocatoria de un referéndum sobre el futuro de Cataluña. Los socialistas catalanes dieron a conocer ayer su programa electoral y situaron como prioridad «la reforma constitucional para avanzar en la construcción de un Estado federal», aunque reconociendo el «derecho a decidir» de los ciudadanos.
El PSC constata que la manifestación independentista de la pasada Diada evidenció «un malestar creciente en las relaciones entre Cataluña y España» y acusan al Gobierno del PP de no mitigar este problema. Hechas estas consideraciones, los socialistas catalanes abogan por una reforma constitucional que garantice «el máximo autogobierno para Cataluña», de tal manera que asegure «un trato fiscal justo». Y acaban: «Nos comprometemos a promover las reformas necesarias con tal de que los ciudadanos de Cataluña puedan ejercer su derecho a decidir a través de un referéndum en un marco legal».
Con esta postura, el PSC intenta no quedar fuera de juego en el tablero catalán, pero lo cierto es que a la familia socialista les cuesta disimular su desubicación. El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, se comprometió a colocarse «enfrente» de los independentistas y lo cierto es que el líder del PSC, Pere Navarro, no está de acuerdo con la separación de Cataluña, pero tampoco quiere abordar el asunto con beligerancia.
Como el debate incomoda a los socialistas catalanes, Navarro optó ayer por centrar la atención en el eje izquierda-derecha, el cual está muy eclipsado por la omnipresencia de la cuestión independentista. El candidato socialista aseguró, tras la aprobación de su programa electoral, que no recortará el presupuesto de Sanidad y Educación si su partido gana las próximas elecciones catalanas, un gasto que se compensará con la modificación de los impuestos de sucesiones y patrimonio para los más ricos. Se trata, sin duda, de una propuesta muy complicada de asumir. Tan complicada como su victoria electoral.
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