Bilbao
La Cibeles duerme tranquila antes de la gran fiesta
Tan solo unos minutos después de que el Real Madrid se coronara como campeón de Liga con su victoria por 0-3 frente al Athletic de Bilbao, miles de seguidores se lanzaban a las calles de la capital de España para celebrar el título.
Como suele ser habitual en estos casos, el epicentro fue la estatua de la diosa Cibeles. En torno a ella se citaron unas 3.000 personas, menos de las habituales al consumarse la conquista del trofeo en vísperas de un día laboral.
La noche, tranquila, se vio salpicada de numerosos cánticos dirigidos hacia el conjunto blanco y también hacia el Barcelona, máximo rival. De fondo el sonido de las bocinas de los coches, banda sonora de una fiesta que se ha prolongado hasta altas horas de la madrugada.
Todo ello teñido del blanco de las camisetas y las banderas que asomaban por las ventanillas de los automóviles fruto de la locura colectiva que suele suceder a cualquier triunfo deportivo, más si el protagonista es el fútbol.
Se repetían pues las imágenes habituales con cada título del conjunto blanco, que conquista por trigésima segunda vez un torneo de la regularidad que se la había resistido durante los tres últimos años. Este es además el segundo del técnico portugués Jose Mourinho con el Real Madrid tras haber conquistado la Copa del Rey la pasada campaña.
Afortunadamente todas estas escenas de alegría se han desarrollado con normalidad y sin incidentes. De hecho la policía no ha tenido que cortar el tráfico y apenas se ha visto obligada a intervenir, manteniendo la calma en las arterias aledañas.
Así ha sido el aperitivo de lo que llegará en las próximas horas, cuando los futbolistas visiten el mismo lugar para ofrecer el entorchado a su afición en un acto en el que se espera que la cifra de asistentes se multiplique de forma muy significativa.
Los miembros de la primera plantilla llegarán esta madrugada al aeropuerto de Madrid-Barajas y a partir de las siete de la tarde tomarán un autobús en el estadio Santiago Bernabéu que les guiará hasta la Cibeles, donde se darán un baño de masas.
Una vez allí desfilarán a lo largo de una pasarela construida para la ocasión y que ya rodeaba en la noche de ayer la estatua. En ese paseo no portarán el trofeo que les acredita como campeones ya que este les será entregado en las próximas semanas.
Los merengues, que ya no se juegan nada, deberán afrontar aún dos partidos más contra el Granada en la ciudad andaluza y posteriormente contra el Mallorca en su propio feudo antes de marcharse de vacaciones.
En estos dos choques los alicientes pasan por sumar cien puntos en la clasificación final, para lo cual deberán lograr sendas victorias, y por facilitar en la mayoría de lo posible el trofeo de máximo goleador a Cristiano Ronaldo.
El portugués mantiene una igualada lucha con el argentino del FC Barcelona Leo Messi, que ayer ha cogido ventaja al marcar tres tantos frente al Málaga. De esta forma ha alcanzado las cuarenta y seis dianas por las cuarenta y cuatro de Ronaldo, que anotó el tercer gol de su equipo en la noche de ayer y falló un penalti.
Del éxito del acierto anotador del luso depende también otro récord. Los blancos ya son el equipo que más veces ha perforado las mallas rivales a lo largo de una temporada y ahora tratarán de seguir aumentando esa cifra. Con el citado gol de Ronaldo en San Mamés, a los que se unieron uno del argentino Gonzalo Higuaín y otro del alemán Mesut Özil, ya son ciento quince.
Además, con la cosechada en Bilabo, también tienen el honor de alcanzar quince victorias a domicilio, algo que ningún otro club había conseguido hasta la fecha. Este logro podría ser aún mayor en caso de vencer el próximo fin de semana contra el Granada en Los Cármenes.
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