Actualidad
Huelga por José Muñoz Clares
Bastó que Rajoy calificara su reformas de «justas y necesarias» para que los sindicatos se apropiaran del mantra y lo «justo y necesario» pasó a ser una huelga general que no ha de servir de nada, lo saben hasta ellos, salvo para propiciar el espectáculo de unos vándalos rompiendo cerraduras y escaparates mientras otros no menos vándalos delinquen a través de los piquetes informativos. Si un piquete que reparte leña es informativo la carga policial de Valencia contra los «enemigos» no era sino continuación de la pedagogía gubernamental por otros medios situados más allá de la oratoria. Así que nos vemos arrastrados a una huelga, que nos presenten como inevitable, que yo no pienso hacer. No tengo edad de plegarme al señor morsa ni a su amigo el marxista sutil. En la medida en que pueda trabajaré con la normalidad que permitan los piquetes, esos jóvenes liberales, y si no me lo permiten me iré a tomar cervezas con algún amigo entendiendo esas cervezas como mi contribución personal a la teoría de la resistencia pasiva porque lo revolucionario de verdad, ahora, sería tomarse la cerveza con langostinos. Si se permiten ellos mermar las cuentas de todos con unos miles de millones menos no será un exceso que merme yo mis cuentas, que al cabo son mías, en un bar desde el que pueda contemplar la marcha de la famélica legión a ver si esta vez ganan y vienen los días de abundancia prometida. Todo acabará, me temo, como los fuegos artificiales: con el trueno gordo de una marcha sobre Madrid en que los sindicalistas echarán el resto de la revolución por hacer, algún trajín, algaradas, una copa, cada cual a su casa y, como siempre, Dios a la de todos. Aburrido y previsible.
✕
Accede a tu cuenta para comentar