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Botarates

La Razón
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Botarates. Según el diccionario: persona atolondrada, poco sensata, de poco juicio. Lo explico para que no se sienta insultado ningún nuevo indignado, esa casta de falsos iluminados que se consideran fiel reencarnación del espíritu del mayo del 68 cuando ni siquiera lo han olido, esos que tienen una facilidad pasmosa para indignarse por lo que les afecta a ellos pero no a la mayoría. Hay que ser botarate y descerebrado para ir a protestar y liarse a insultos, peinetas, empujones, escupitajos y otras «éstas son nuestras armas» similares contra unos jóvenes que celebran la visita del Papa y que no se meten con nadie.
Es como si viene el Dalai Lama y otro grupo de botarates le increpa al grito de calvorota mientras le lapidan nada más bajar del avión. Oiga, si a usted no le gusta, no vaya. Y si quiere protestar contra algo, hágalo aprovechando el derecho a la libertad de expresión pero respetando otra máxima democrática: su libertad acaba donde comienza la del otro, mala suerte.
Pero en esto, como en casi todas las categorías de la vida, hay alguien que siempre te supera, y cuanto más botarate, más alto está el despacho que ocupa. Porque hay que ser botarate mayor para permitir que una marcha de protesta transcurra por el mismo lugar donde están los representantes contra los que se protesta. Y a ver si dejan la Puerta del Sol para los ciudadanos normales, que digo yo que tendrán el mismo derecho, ya no digo más.