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El «seny» de Guardiola

La Razón
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Me dirán que soy una chaquetera y que miro demasiado hacia el Barcelona siendo como soy, al menos por familia, del Real Madrid, pero es lo que tiene que a una le importe más bien poco lo del fútbol: que puede verlo desde fuera y hasta juzgar a sus personajes por lo que dicen y hacen y no por el equipo al que pertenecen. Por ejemplo, a Pep Guardiola, que, además de entrenador y de guapo –un poco blandito para mí, pero monín–, es un hombre con sentido común. El famoso «seny» del que presumen los catalanes y que tienen tan perdido todos ellos o, al menos, sus políticos, desde hace tanto... ¿Que de dónde me saco lo del sentido común de Guardiola? Pues de unas declaraciones que he leído por ahí, en las que el técnico de Santpedor cuenta lo siguiente: «No hay día que no piense que mañana me puedo ir. Los contratos largos me angustian. Tengo libertad para dirigir mi futuro».

Miren ustedes, yo siempre he creído que en cualquier parcela de la vida uno tiene que pensar que todo es pasajero para que dure el mayor tiempo posible. Pero mi pensamiento quedó completamente refrendado tras una conversación con ese hombre brillante que es el psiquiatra Luis Rojas Marcos. Tras escribir un libro sobre las rupturas de las parejas («La pareja rota», 1994), en el que aseguraba que todas acaban por romperse, le pregunté: «Y si piensa que todas las parejas se rompen, ¿por qué tiene usted pareja?». «Sencillamente –me contestó– porque sólo creyendo que la pareja se puede romper es posible que se conserve». Pues eso. Sólo creyendo que uno se puede ir, se puede quedar toda la eternidad.