Cultura da marcha atrás y anula el último Patronato del archivo

Madrid- Sí, pero no. Cultura convoca el patronato del Centro de la Memoria Histórica y después lo desconvoca. Lo hace a menos de 24 horas de la reunión (estaba preparada para hoy a las 17:30 h. en la sede ministerial en Madrid, algo extraño porque este tipo de decisiones se habían tomado siempre en Salamanca). ¿Qué puede haber sucedido? Durante los últimos meses se habían acumulado las quejas y las reclamaciones desde distintas instituciones que afirmaban que habían salido papeles hacia la Generalitat que nunca debieron haber partido. Desde Cultura, no obstante, aseguran que este proceso no va a terminar aquí. Continuará más adelante. Una afirmación dudosa. Las cuestiones se acumulan: ¿hasta qué punto un Gobierno en funciones está autorizado para sacar fondos de un archivo? ¿Realmente el PP seguirá enviando «remesas» a Cataluña?

El Patronato del Centro de la Memoria Histórica, que en este momento cuenta con un director en funciones porque la anterior gestora fue depuesta por el propio Ministerio, fue alertado en el mes de octubre de esta nueva reunión para decidir el destino de alrededor de 300 cajas de documentación; sin embargo, ahora da un paso atrás.

La polémica de los papeles de Salamanca ha acompañado a las dos legislaturas de Rodríguez Zapatero casi desde el comienzo y hasta los últimos días, a pocas jornadas de la investidura como presidente de Rajoy. Al poco de llegar al poder, el Gobierno de Zapatero enarboló la bandera de la Memoria Histórica, convirtiendo el pasado reciente de España en un caballo de batalla. Los papeles del Centro de la Memoria Histórica de Salamanca fueron su objetivo para contentar a quienes los reivindicaban desde Cataluña, espoleados por la Comissio de la Dignitat, entidad privada que ha reclamado estos documentos.

Seis envíos desde 2006
En estos años, el Archivo General de la Guerra Civil ha aprobado y efectuado seis envíos de documentos de diferentes calados entre abril de 2006 y julio de 2011, muchos de ellos de madrugada y sin dar apenas detalles del contenido. Esa es la principal queja de Policarpo Sánchez, técnico en patrimonio incautado durante la Guerra Civil, que denuncia las graves irregularidades de este proceso: «Al comienzo, bajo el pretexto de que se trataba de documentos incautados en Cataluña, se produjo la injusticia de llevar a Barcelona pertenencias de exiliados que llegaban de Asturias, Aragón o Castilla. Y cuando los afectados los reclamaban, se han llegado a encontrar con las mentiras del Archivo Nacional de Cataluña negando que tuvieran carnés que constan digitalizados en Salamanca y enviados allí. Yo he visto las respuestas por escrito a varios afectados», afirma Sánchez. Pero en el caso de las cajas que iban a salir en este último envío, la situación era más flagrante: «Son pertenencias que es imposible comprobar que fueran incautadas en Cataluña o que pertenezcan al Estado. Hay justificaciones peregrinas, como medallas de la Virgen de Montserrat. Puede parecer de risa, pero yo creo que es de mala fe», asegura.