Murcia
Se acabó la fiesta
No está en cuestión el Estado de las Autonomías por la simple razón de que nadie tiene ganas de meterse en líos a destiempo. El problema es el dinero. Se ha terminado el manantial de billetes que manaba de la construcción en la edad de oro del crecimiento. Las arcas públicas están vacías. No queda para casi nada y el resto hay que pedirlo en los mercados. Nos están mirando. El Fondo Monetario Internacional ha enviado al grupo de especialistas en taponar agujeros. Nos van a hacer un torniquete a la antigua usanza con mordedor y cinturón apretado mientras se preparan para cortar a la altura de la femoral. Por mucho que nos empeñemos nuestro sistema territorial es bonito a la par que inviable. Suena muy bien la descentralización, pero nos hemos pasado con las multiplicaciones. Tenemos de todo por dos, por tres y hasta por cuatro en algunos rincones nacionales. Asegura Rajoy que es partidario de la reorganización de las competencias. Si apuesta por recuperar competencias a cinco meses de las elecciones autonómicas le regala argumentos a un PSOE necesitado de clavos a los que agarrarse para quitarse el frío de las encuestas. Se ha visto con lo de Murcia.
El Partido Popular debe estar callado incluso cuando le parten la cara. No hay tiempo para más debates. O recortamos nuestra estructura o nos la trocean desde fuera. Alemania y Francia no van a pagar nuestra hermosa descentralización. Se acabó la fiesta española aunque nuestros políticos prefieran no darse por enterados.
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